Se que terminaré lapidado sin piedad por más de uno de quienes me lean pero, correré el riesgo y diré lo que pienso, que al fin y al cabo es lo que he venido haciendo a lo largo de mi ya dilatada existencia.
Titulé este escrito con el nombre de Guaidó porque en una demostración palmaria de que nosotros los venezolanos tenemos una memoria corta y frágil, ahora resulta que el enemigo a destruir no está en Miraflores y sus alrededores políticos sino en la figura de quien en un momento muy difícil de nuestra historia reciente, echo el miedo a un lado y acepto el reto más que peligroso aterrador, de montarle al régimen en sus narices, en su propio terreno, un gobierno paralelo que casi inmediatamente recibió el respaldo de más de 60 países incluyendo al de Norteamérica.
Y no se limitó a ese desafío casi suicida sino que representó dignamente a Venezuela durante años jugándose no solo su pellejo que por cierto estuvo amenazado muchas veces sino también el de su familia.
Para entonces era un héroe nacional y su figura simbolizaba la rebeldía criolla frente a la barbarie de un régimen criminal y sin escrúpulos a la hora de matar o encarcelar a opositores que habían hecho mucho menos que Guaidó.
Los elogios le llovieron al joven parlamentario lanzado hacia los leones por la casualidad de estar presidiendo lo que entonces era el Congreso o lo que aún quedaba de él tras las acometidas de la barbarie entronizada bajo la protección de una claque militar de generales ladrones, indignos del uniforme y los soles sobre sus charreteras.
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Guaidó no pudo realizar el programa que presentó al país y después que sus mismos colegas lo defenestraron, se vio obligado a exiliarse a este país del norte en donde reside actualmente.
Se ha dicho que aprovecho su presidencia interna para enriquecerse y los organismos que facilitaban los fondos para el desarrollo de sus funciones presidenciales, afirman que nunca le entregaron dineros y que eran esos organismos quienes efectuaban las erogaciones necesarias para el funcionamiento del interinato presidencial.
Se publican fotos en los que aparece entrando a jugar tenis en una de las cientos de cancha s para ese deporte que existen en Miami, en donde juegan tenis desde los más destacados líderes en ese campo hasta l@s repartidores de comida y mesoner@s o chóferes de Uber, por mencionar solo a esos trabajadores porque, en este país, contrariamente a lo que ocurre en países como Cuba y Venezuela, ese no es un deporte de las élites.
También publican una foto de Guaidó en una reunión social con gente a la que quizás conoció en alguno de sus viajes como Presidente interino cuando era recibido con honores de Jefe de Estado
Creo que la mezquindad de quienes desde la seguridad que ofrece el estar fuera de Venezuela al enfilar sus baterías contra ese venezolano que como dije antes, tuvo el valor que otros no tuvieron ni han tenido desde que el fuera eliminado por quienes se suponía deberían apoyarlo, solo favorece al régimen que por supuesto, se hace eco de esas acusaciones haladas por los pelos, para decir que Guaidó es un ladrón y que sus propios compañeros así lo afirman.
Si Guaidó cometió algún delito durante su gestión, sobre eso se debería escribir en las redes o en los medios de comunicación para que aquí mismo le sea iniciada una investigación
Aclaro para finalizar, que no conozco a Juan Guaido, que nunca lo he visto personalmente, que ni siquiera he hablado con el por vía telefónica y que en fin, no me une a él otro vínculo que el de ser compatriotas y amantes de la democracia y la libertad de nuestra tierra.
Atahualpa Montes. Comisario General-Disip