Estados Unidos toma «muy en serio» el ataque perpetrado el sábado por combatientes proiraníes contra una base en Irak que alberga tropas estadounidenses y de la coalición internacional, declaró el domingo un alto funcionario.
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«Fue un ataque muy serio, con misiles balísticos que suponían una amenaza real», declaró Jon Finer, uno de los asesores de Seguridad Nacional del presidente estadounidense, Joe Biden, en la cadena televisiva ABC.
Todos los misiles lanzados contra la base aérea de Al Asad, en el oeste de Irak, no pudieron ser detenidos por la defensa antiaérea, y al menos un militar iraquí resultó herido, según el Comando estadounidense en Oriente Medio.
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El atentado fue reivindicado por la «Resistencia Islámica en Irak», un grupo proiraní y se produjo en un contexto regional explosivo, alimentado por las repercusiones del conflicto en Gaza entre Israel -aliado tradicional de Washington- y el movimiento islamista palestino Hamás, apoyado por Teherán.
AFP.