Rusia y Ucrania se culparon mutuamente en el Consejo de Seguridad de la ONU, tras la caída de un avión militar ruso cerca de la frontera ucraniana.
«Todas la información que tenemos hoy demuestra que estamos ante un crimen premeditado y bien pensado», dijo el embajador ruso adjunto ante la ONU Dmitri Polianski.
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Moscú acusa a Kiev de haber derribado el aparato teniendo conocimiento de que transportaba, según las autoridades rusas, a 65 prisioneros ucranianos antes de un intercambio.
Las autoridades ucranianas «conocían muy bien la vía (aérea) para el transporte de soldados hacia la zona de intercambio», aseguró Polianski.
Este no es el primer intercambio de ese tipo, pero «esta vez por una razón inexplicable, el régimen de Kiev decidió sabotear el procedimiento en la forma más bárbara» añadió al acusar a los ucranianos de estar «listos a sacrificar sus propios ciudadanos por los intereses geopolíticos de los Occidentales».
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«Solo fue gracias al heroísmo del piloto, que evitó a último momento zonas residenciales, que nadie en tierra sufrió», aseguró.
«Ucrania no fue informada del número de vehículos, vías o medios de transporte de los cautivos. Eso solo puede representar un acto intencional ruso para poner en riesgo la vida y la seguridad de los prisioneros», respondió la embajadora adjunta ucraniana ante la ONU Khrystyna Hayovyshyn.
Los prisioneros rusos «fueron transferidos al sitio previsto y esperaban en total seguridad para el intercambio. Los rusos debían asegurar el mismo nivel de seguridad para los soldados ucranianos capturados», insistió.
Por su parte, los aliados de Ucrania insistieron en la responsabilidad rusa.
«Rusia trata de forma repetitiva desplazar las responsabilidades por las tragedias de esta guerra (…) como si fuera la víctima y no el agresor», expresó el embajador adjunto de Estados Unidos Robert Wood.
AFP.