El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva recibió con «gran satisfacción» la designación de Brasil como anfitrión del Mundial de fútbol femenino de 2027, considerándolo «un avance adicional para fomentar» este deporte en el país y un merecido reconocimiento para Marta y los seguidores brasileños.
«La decisión, resultado de la votación de las federaciones nacionales filiadas» a la FIFA «traerá el campeonato a Sudamérica por primera vez», celebró el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil en una nota oficial.
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El Gobierno, que respaldó y colaboró desde el principio con la candidatura brasileña, destacó que la Copa del Mundo de 2027 se alinea con los objetivos de la estrategia nacional para el fútbol femenino, establecida mediante decreto desde el año pasado, reseñó Telemundo 51 en su sitio web.
«Ambas iniciativas pretenden crear condiciones favorables para el desarrollo del deporte, utilizando el mismo como vector de inclusión social y de promoción de la igualdad de género», señaló la Cancillería en el comunicado.
Brasil aseguró la codiciada sede con 119 votos, superando los 78 votos que respaldaban la candidatura conjunta de Alemania, Bélgica y Países Bajos. La votación tuvo lugar el viernes durante el Congreso de la FIFA en Bangkok.
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Diez federaciones optaron por abstenerse, mientras que los países candidatos no tuvieron derecho a voto.
El proyecto presentado por Brasil propone utilizar parte de la infraestructura construida para el Mundial masculino de 2014, aprovechando diez de los doce estadios construidos para ese evento en igual número de ciudades, como subsedes para el Mundial femenino de 2027.
Tanto la ceremonia de apertura como la final se llevarán a cabo en el Estadio Maracaná de Río de Janeiro. Las otras subsedes serán São Paulo, Brasilia, Salvador, Porto Alegre, Belo Horizonte, Manaos, Cuiabá, Fortaleza y Recife.