El expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, fue condenado este miércoles a 45 años de cárcel y cinco más de libertad vigilada por un tribunal de Nueva York debido a varios delitos relacionados con el narcotráfico y posesión de armas.
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Aunque evitó la cadena perpetua solicitada por la Fiscalía, Hernández había anticipado su destino al declarar: “Lo más seguro es que estaré preso de por vida”, al llegar al tribunal. A pesar de reafirmar su inocencia y criticar el juicio como “injusto e indebido”, el exmandatario también fue multado con 8 millones de dólares, con dos semanas para que su defensa aclare cómo pagará la sanción.
La información fue compartida por El País.
La sentencia marca la caída en desgracia de Hernández, quien durante su mandato de 2014 a 2022 se presentaba como un aliado de Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico. Hace casi tres años, su hermano Juan Antonio fue condenado también en Nueva York a cadena perpetua por la misma causa. Dos años antes, la fiscalía de Manhattan acusó al mandatario en funciones de recibir un millón de dólares de Joaquín «El Chapo» Guzmán.
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El juicio, iniciado en febrero con fuertes acusaciones de la fiscalía, destacó cómo Hernández utilizó la policía, el ejército y el sistema judicial de su país para proteger a narcotraficantes y amasar una fortuna. Antes de la sentencia, el juez Castel describió a Hernández como «un hombre de dos caras», uno comprometido públicamente contra el narcotráfico y otro facilitando la importación de toneladas de cocaína por valor de hasta 10 millones de dólares. Esta sentencia, según el juez, envía un mensaje claro a los poderosos de que no escaparán de las consecuencias de sus actos.