El dictador Nicolás Maduro ha utilizado su programa de televisión Con Maduro+ para comunicar que desde el miércoles reanudará las conversaciones públicas con Estados Unidos, con Qatar como país intermediario.
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«He recibido la propuesta por dos meses continuos del gobierno de Estados Unidos para restablecer las relaciones y el diálogo. Luego de pensarlo, he aceptado y el próximo miércoles se reinician las negociaciones con el gobierno de EEUU para que cumpla con los acuerdos firmados en Qatar y para restablecer los términos de diálogo con respeto», reseñó El Mundo en su sitio web.
El dictador afirmó que «no nos veremos ocultos», aunque en círculos diplomáticos se ha filtrado durante los últimos meses la crucial intervención de los gobiernos aliados del chavismo, especialmente Brasil y Colombia, y de Washington en el momento en que el chavismo permitió, a regañadientes, la inclusión de la candidatura del opositor Edmundo González Urrutia. Maduro sostiene ahora que está dispuesto a superar «este conflicto brutal y estéril».
«Nosotros hemos hecho no sé cuántas reuniones secretas, pero entonces nosotros respetamos y ellos no. Ellos tratan de favorecerse y sacan versiones que no son verdad», expresó el tirano quien enviará de nuevo al estado árabe a Jorge Rodríguez, como su representación.
La verdad es que la revolución bolivariana ha quebrantado repetidamente lo acordado en Barbados, desde la descalificación de la líder opositora, María Corina Machado, hasta la persecución y prisión de 40 colaboradores muy próximos a la ganadora de las primarias opositoras, líderes de otros partidos opositores, activistas y periodistas, reseñó El Mundo en su sitio web.
El chavismo también ha bloqueado el sufragio en el extranjero, que involucra a alrededor de 5 millones de votantes, así como a otros cientos de miles de jóvenes dentro de Venezuela.
Por otro lado, Maduro se vio favorecido directamente con el intercambio de una docena de cautivos estadounidenses por su presunto intermediario, el empresario colombiano Alex Saab.
Estados Unidos también suspendió parcialmente las sanciones energéticas impuestas contra la revolución, aunque el incumplimiento persistente de Caracas hizo que estas autorizaciones se restringieran en duración.
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El vínculo sin precedentes establecido por Machado y la Venezuela profunda, forjado a través de la herida abierta por la salida de nueve millones de venezolanos al exterior y por el colapso de la revolución, ha alterado el panorama para las elecciones presidenciales del 28 de julio. Todas las encuestas independientes pronostican la victoria de González Urrutia por al menos el doble de votos que Maduro, aunque desde la dictadura siguen manteniendo su amenaza sobre el proceso electoral.