Una polémica decisión de la Corte Suprema de Brasil le podría abrir las puertas de la cárcel al expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y a miles de presos con apelaciones pendientes, con un impredecible impacto político.
El fallo, definido apenas por un voto (6-5), anula una jurisprudencia que había establecido en 2016 y con la cual se había autorizado ejecutar una pena de prisión después de que se confirmara en segunda instancia en cualquier caso, pese a que en esa fase quedaban aún dos apelaciones pendientes en tribunales superiores.
Según la nueva decisión, la prisión solo podrá ordenarse cuando, como establece la Constitución, se complete la “cosa juzgada” y se hayan agotado los recursos posibles, con lo que la culpabilidad estará plenamente confirmada.
Lula, sin duda el más célebre de los cerca de 5.000 presos brasileños que serían beneficiados con la medida, comenzó a cumplir en abril del 2018, una pena de ocho años y diez meses por corrupción tras ser condenado en segunda instancia.