Este 5 de noviembre, además de elegir al nuevo presidente y vicepresidente, también se renovará la Cámara de Representantes y el Senado, cargos importantes para que quien asuma el puesto en la Casa Blanca tenga el apoyo para aprobar leyes importantes durante su mandato.
«Incluso si Kamala Harris gana, un Senado controlado por los demócratas parece improbable. Si Trump gana, su partido tiene más posibilidades de disfrutar de una denominada trifecta (controlar la Casa Blanca, el Senado y la Cámara de Representantes), pero no está asegurado», dijo el medio The New York Times en su boletín matutino.
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En el Senado tienen pocas probabilidades de ganar, para mantener la mayoría deben permanecer con 51 senadores, pero en la mayoría de los estados en los que pudiera ganar la carrera está muy reñida, por lo que esperan una victoria sorpresa.
«El partido que gane la carrera presidencial probablemente también controle la Cámara de Representantes, pero la contienda está tan reñida que la presidencia y la Cámara de Representantes podrían ir en direcciones opuestas por primera vez desde 1988», explica el The New York Times.
En caso de haber un gobierno dividido no habría una legislación radical, Trump no podría aprobar el gran recorte de impuestos que desea, ni Harris podría aprobar protecciones al aborto y se enfrentarían a la agenda menos ambiciosa.
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Si se logra la trifecta demócrata , Harris podría lograr mucho en materia de política económica y podrían extender los recortes de impuestos para la clase media y los pobres y, al mismo tiempo, aumentar los impuestos para los ricos. También aprobar subsidios de vivienda.
Mientras que con una trilogía republicana , las prioridades probablemente incluirían grandes recortes de impuestos; una ley de inmigración estricta; expansiones de la producción de petróleo y gas; restricciones a los derechos de las personas transgénero y a los programas de diversidad; y reducciones en la ayuda a Ucrania y otros aliados.