El Kremlin confirmó este viernes el lanzamiento del misil balístico hipersónico Oreshnik contra una instalación militar en Ucrania, calificándolo como una advertencia contundente a Occidente frente al suministro de armas a Kiev.
El ataque fue realizado tras el uso de misiles ATACMS y Storm Shadow por Ucrania, provistos por Estados Unidos y Reino Unido, contra territorio ruso.
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Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, destacó que las «acciones temerarias» de los países occidentales, al suministrar misiles a Ucrania y facilitar los ataques contra Rusia, no quedarán sin respuesta. Según Peskov, el lanzamiento del Oreshnik demostró las capacidades rusas y esbozó «futuros contornos de represalias» si las preocupaciones de Moscú no son atendidas.
Rusia considera el uso de los misiles ATACMS y Storm Shadow como prueba de la implicación directa de la OTAN en el conflicto. Según Moscú, la guía por satélite y la programación de las trayectorias de vuelo de los misiles requieren la participación de personal militar de la alianza, capacidades que Ucrania no posee de manera autónoma.
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Por su parte, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, condenó el uso del misil hipersónico Oreshnik, calificándolo como «una grave escalada» en el conflicto, y pidió una condena firme internacional.
El Ministerio de Defensa ruso informó que todas las ojivas del misil alcanzaron sus objetivos en Ucrania, marcando lo que calificaron como el primer uso exitoso en combate de este misil balístico hipersónico de alcance intermedio.
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Aunque Moscú no estaba obligada técnicamente a notificar a Estados Unidos sobre el lanzamiento del misil, ya que no es de alcance intercontinental, Peskov aseguró que Washington fue informado con 30 minutos de antelación.
Peskov reiteró que Rusia permanece abierta al diálogo, pero acusó al gobierno de Joe Biden de optar por la escalada. El Kremlin espera que Estados Unidos haya comprendido el mensaje de Moscú y tome medidas para evitar un agravamiento del conflicto.