«Ya me torturaron y me reprimieron, pero no me van a callar. Mi voz es lo único que me queda», dijo Juan de 20 años a BBC, quien asegura haber sido uno de los detenidos después de las elecciones presidenciales del 28 de julio en Venezuela.
Juan es un activista político que fue detenido mientras hacía una diligencia en un estado de Venezuela, luego fue trasladado a Tocorón, acusado de terrorismo, incitación al odio, entre otros crímenes. Fue uno de los excarcelados en noviembre, cuando el régimen dio unas medidas de «revisión» de algunos casos de los detenidos arbitrariamente.
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«Nos daban comida podrida. A veces servían pellejo de carne con arroz picado, el que se les da a las gallinas o a los perros. Otras veces nos daban sardinas que ya habían caducado», explicó, además relató que días antes de su excarcelación fue fotografiado con un plato de comida balanceada.
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Juan relató que recibían palizas a diario, pero además de eso eran llevados a celdas de castigo, los que eran más «rebeldes» o hablaban de política o pedían llamadas para hablar con sus familiares.
«Es un cuarto oscuro y sin mucho oxígeno del tamaño de una bóveda. Te meten ahí por unos minutos hasta que no puedas respirar y te desmayes o comiences a golpear la puerta con desesperación. A mí me metieron y duré poco más de cinco minutos. Pensé que me iba a morir», recuerda.
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