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Opinión

Edgard Simón Rodríguez | Un llamado al secretario de Estado del Vaticano y al Nuncio Apostólico en Venezuela a favor de los asilados en la embajada de Argentina

El asedio sistemático por parte del Régimen de Nicolás Maduro a la embajada de Argentina en Caracas, actualmente bajo custodia del gobierno de Brasil, a través de los Agentes del DAET y del SEBIN, implica no solo una violación al principio de Derecho Internacional Público de inviolabilidad de las sedes diplomáticas, sino además una violación al Derecho Internacional Humanitario y al propio derecho humano al Asilo Político de Magallí Meda, Claudia Macero, Pedro Urruchurtu, Humberto Villalobos, Omar González y Fernando Martinez Mottola, integrantes todos del círculo de asesores más cercano de la líder María Corina Machado reconocida recientemente con el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia, entre otros.

El Régimen de Maduro durante el asedio a la embajada, no solo ha cortado los servicios básicos de electricidad y agua potable, sino ahora agrega también a sus métodos de acoso y violencia, la limitación al acceso a los alimentos, generando además el terror entre los vecinos del sector donde se encuentra la residencia de la embajada, al confiscar ilegalmente tres de las casas aledañas, y limitar el acceso a las calles, con miras a perfeccionar su persecución. Prácticas de Terrorismo de Estado solo comparables a las sufridas por el pueblo europeo durante las invasiones de la Alemania Nazi.

En vista a la grave violación a los derechos humanos a la que están expuestos los asilados en la embajada de Argentina, es moralmente impostergable para la Santa Sede, que en particular, a través de Monseñor Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano y de Monseñor Alberto Ortega Martín, Nuncio Apostólico en Venezuela, en ejercicio de sus deberes pastorales y apostólicos exijan al Régimen de Maduro el inmediato cese del asedio a la embajada de Argentina (país natal del Papa Francisco vale recordar), y la emisión inmediata con carácter de urgencia de los salvoconductos necesarios para la pacífica salida del territorio de los compañeros asilados.

Sabemos que, hasta ahora, quienes se han pronunciado (como siempre lo han hecho y el pueblo católico lo agradece), es la Conferencia Episcopal Venezolana. Para los no católicos: el concierto de Obispos de las Diócesis de Venezuela. Pero consideramos fundamental, repetimos, la propia intervención de la Santa Sede por su alcance diplomático universal.

Con igual ímpetu, como venezolanos y católicos, solicitamos asimismo a los jerarcas de la Iglesia Católica y a los gobiernos democráticos del mundo que están del lado de la Libertad, la Justicia y los Derechos Humanos, aboguen por la liberación de todos los presos políticos. Vale recordar que todas las voces de influencia en el mundo son responsables por omisión, ante la sistemática violación de los derechos humanos en Venezuela.

¡LIBERTAD YA PARA TODOS LOS PERSEGUIDOS POLÍTICOS EN VENEZUELA!