Fuerzas rebeldes lideradas por el grupo Hayat Tahrir al-Sham (Organismo de Liberación del Levante, HTS por sus siglas en árabe) tomaron el control de la cárcel de Sednaya, lugar de los abusos del régimen de Bashar al Assad, en dónde estaban recluidos presos políticos, por lo que liberaron a miles de detenidos, la madrugada de este 8 de diciembre.
Organizaciones de derechos humanos denunciaron por años que este sitio de reclusión era un centro de tortura y ejecuciones extrajudiciales del régimen, por lo que a abrir las puertas se dio inicio al fin de la dictadura de 50 años.
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El Observatorio Sirio de Derechos Humanos confirmó que las puertas de la cárcel fueron abiertas “para miles de detenidos que fueron encarcelados por el aparato de seguridad durante todo el régimen” pudieran ser liberados.
En los videos difundidos en redes sociales se ven cómo salen niños y mujeres sin saber lo qué sucede, mientras los insurgentes respondían que había caído el régimen. Amnistía Internacional lo calificó como el «matadero humano», porque entre 2011 y 2015 ocurrieron entre cinco mil y tres mil ejecuciones en secreto.
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En otros videos difundidos en redes sociales se evidencia como los ciudadanos ingresaron al palacio presidencial y a la residencia privada del dictador a saquearla y destruirla. En estos lugares confiscaron decenas de carros de lujo.
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