A escasos días de la juramentación de Donald Trump como nuevo presidente de Estados Unidos, esta vez el polémico y excéntrico empresario ya ha mostrado lo que será su administración, dado que, sin perder tiempo, eligió a sus colaboradores de los cargos más importantes. A diferencia del 2016 Trump solo nombro 1.600 cargos de los 5.000, el resto venía de la administración de Obama así nos los dijo el Republicano, periodista y ex alcalde de Miami Tomas Regalado.
Empecemos con la designación de Marco Rubio, sin duda la figura más emblemática y quien ocupará el cargo de Secretario de Estado; en sus manos estarán las relaciones de EEUU con el mundo.
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Su perfil es ampliamente conocido por ser lo que se llama en política, un «halcón” por su reiterada postura frente a regímenes autoritarios, pero lo adicional ahora es que desde que fue postulado no ha dado rueda de prensa y ha evitado dar una opinión sobre cómo será su política exterior y mucho menos ha hablado sobre Venezuela.
El siguiente nominado fue el congresista Mike Waltz, quien será Asesor Nacional de Seguridad, es empresario, escritor y oficial del Ejército de los Estados Unidos. Waltz fue quien presentó la “Ley Bolívar” aprobada por el Congreso de los EEUU, el objetivo de esta ley es poner fin a los contratos gubernamentales con empresas que trabajan con el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, entre otras sanciones.
El tercer nombramiento es el de Dam Newlin, quien será el embajador de EEUU en Colombia; es abogado y fue el jefe de la policía del condado de Orlando, conoce muy bien la realidad de los venezolanos, llegó a prestarles ayuda en asesoría migratoria, estuvo trabajando cerca con nuestros compatriotas y, de paso, también luchó contra el narcotráfico y la trata de personas.
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Otro nombramiento importante es el del Subsecretario de Estado, el cual estará en las manos de Christopher Landau; abogado y diplomático estadounidense que se desempeñó como embajador de Estados Unidos en México del 2019 al 2021, conoce tantos Venezuela, pues vivió en Caracas seis años en su adolescencia cuando su padre era el embajador de EEUU en Venezuela.
Para la embajada de Argentina, Trump designó a Peter Lámelas, a quien llaman “Pedro”; es un médico de origen cubano que escapó del régimen de Fidel Castro. Lámela siempre ha conectado con las comunidades víctimas de dictaduras como Cuba, Nicaragua y Venezuela. Seguramente ya instalado en Buenos Aires, retomará sus vínculos con la diáspora venezolana en Argentina y con otros diplomáticos que conocen bien la realidad de Venezuela como el embajador de Francia, Romain Nadal.
Faltando poco más de un mes para la toma de posesión, el pasado fin de semana Trump anunció a Richard Grenell como enviado especial para el tema Corea y Venezuela. Fue ex embajador de los EEUU en Alemania, es un leal y combativo vocero de Trump y esperaba ser Secretario de Estado.
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Grenell fue enviado por Trump a las negociaciones de México en el 2020, lo que llaman de backchannel, como canal oculto o secundario así que tenía relación con Jorge Rodríguez. Sin duda, otro que conoce Venezuela y a los voceros de la dictadura.
Para la OEA, la representación estará ocupada por Leandro Rizzuto, un empresario que fue cónsul general de Estados Unidos en Hamilton, Bermudas, durante la primera administración de Trump. Rizzuto también conoce al pie de la letra los movimientos de Maduro en el Caribe y cómo con la renta petrolera y los frecuentes regalos de crudo mantiene algunas islas a su favor.
Sin dejar de mencionar que la jefa del Despacho de la Casa Blanca Susie Whiles, da también un claro mensaje en la alineación y pensamiento referente a las dictaduras en la región.
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Vista esta lista, el perfil de cada uno de los miembros de este gabinete, la experiencia y, sobre todo, el conocimiento que tienen sobre el tema de América Latina, sin duda alguna podemos inferir que el 20 de enero además de iniciar un nuevo gobierno en EEUU, arranca la presión para lo que un gran número de políticos estadounidenses llaman “las tres dictaduras”.
Este equipo de gobierno es el abreboca de la línea dura con la que viene Trump contra los regímenes de Venezuela, Cuba y Nicaragua.