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Médicos cubanos que escaparon de las misiones del régimen narran sus experiencias

La pasada semana el régimen cubano reconoció que retiraba sus pasaportes a los médicos en misiones en diferentes partes del mundo

Activistas y doctores del Gremio Médico Cubano Libre realizan una labor para recopilar testimonios y señalar ante organismos internacionales que el régimen cubano explota a sus profesionales de la salud y que las misiones médicas son esclavitud moderna.

Lucio Enriquez, médico cubano residente en España, publica hoy en su perfil en la red social X los testimonios de dos doctores, Lester Marrero y Gaylord Márquez.

Lester Marrero, graduado en 2004 en la isla, cuenta su experiencia personal en una de estas misiones. «En agosto del 2007 voy para Venezuela. Desde que llegas te dejan claro que tienes que atender pacientes a la hora que lleguen, que estás trabajando los siete días de la semana, las 24 horas del día. Tienes además que reportar de 100 a 120 pacientes semanales; los que no veas en consulta, tienes que hacer terreno. Si no reportas esa cantidad no le sirves a la misión», narra.

El médico explica además que hacía el listado de los medicamentos que empleaba más frecuentemente en su consulta. Sin embargo, cuando le llegaba el pedido recibía cualquier cosa, menos lo que había pedido. «Te dicen que los medicamentos que hay son esos, que ya se le cobraron a Venezuela; y que los que no uses, los tienen que desaparecer, porque no se pueden devolver. Incluso algunos te llegaban hasta vencidos», agrega.

Cuando ya decidió abandonar la misión, Marrero explica que después de las 6 de la tarde ya tenía que estar en su casa. El jurídico y el jefe de la misión vigilaban que eso se cumpliera.

Por su parte, Gaylord Márquez estuvo en África durante la pandemia de Covid como integrante de la Brigada Henry Reeve. «Fue un momento ilustrativo para mí, me enseñó de las mentiras del gobierno cubano con las misiones. Nuestro salario era un robo, en comparación con el de otros médicos que estaban contratados de forma independiente y se les pagaba su salario íntegramente», admite.

Márquez estuvo 21 meses, cuando su contrato era supuestamente para un trimestre. «Al gobierno de Cuba lo que le interesaba era recibir dinero. Salimos del país por necesidad, fue muy duro alejarme de la familia. Estuvimos trabajando para que nos robara ese gobierno dictatorial. Esta no es la primera vez que lo denunció y tampoco será la última», concluye.

El régimen cubano reconoció el pasado jueves en un podcast oficialista que retira los pasaportes a los médicos que forman parte de las llamadas ‘misiones’ en el exterior.

Así lo declaró el Dr. José Ángel Portal Miranda, ministro de Salud Pública (MINSAP), en el podcast «Desde la Presidencia», en el que participa el dictador Miguel Díaz-Canel.

«Es verdad que en un tiempo los pasaportes de los colaboradores estaban en manos de las jefaturas de las brigadas y tenía que ver con que era muy masivo. Salían muchos colaboradores y se nos perdían. Ese es un tema que hemos ido eliminando», expresó Portal Miranda.

El régimen cubano lleva años siendo acusado de trata de personas por las llamadas misiones médicas. Desde hace décadas, La Habana recibe considerables ingresos por la contratación de brigadas médicas, que disfrazan de solidaridad.

Sin embargo, las condiciones de trabajo de estos profesionales son pésimas: bajos salarios, retención de identificación, inseguridad y vigilancia para evitar que escapen.

De acuerdo con la organización independiente Archivo Cuba, el régimen califica este negocio de exportación como una cooperación ‘humanitaria’ y ‘altruista’. El hecho de que el país recibía pagos fue, durante décadas y hasta 2010, considerado como un secreto de estado.

Aunque faltan datos históricos sobre los ingresos de exportación de servicios de Cuba, se estimaron en 100 millones de dólares para 1980. Los datos correspondientes a 1982 muestran ganancias de 5,6 millones de dólares solo por servicios médicos a Angola».

En el informe «Las brigadas médicas cubanas, trata humana con fachada humanitaria», se refleja también que «Cuba cobra alrededor de 3.000 dólares al mes por un médico de atención primaria en Namibia, 5.000 dólares en Angola, de 5.000 a 10.000 dólares en Catar y de 8.000 a 12.000 dólares en Arabia Saudita, donde se le paga 25.000 dólares mensuales por un cirujano plástico.”.

“El gobierno anfitrión-agrega el documento- también suele pagar la vivienda, el transporte, la comida y demás gastos diarios de los miembros de la misión. La mayoría de las brigadas incluyen oficiales de seguridad para supervisar y controlar a los miembros, así como para tabular las estadísticas sobre los pacientes atendidos, los suministros utilizados y otros procedimientos, estadísticas que se manipulan constantemente para reflejar resultados más positivos y/o facturar de más a los anfitriones».

Añade que la parte cubana de los convenios bilaterales de salud (Ministerio de Salud o entidad estatal) generalmente se queda con entre el 95% y el 75% del pago que se supone que Cuba recibe por sus servicios. Mientras, a los trabajadores se les paga alrededor del 5% al 25%, dependiendo del país, y la mayoría acumula parte de esta cantidad en una cuenta en Cuba, a la que solo se puede acceder si regresa a la isla.

 En las últimas semanas, la Administración Trump realiza una campaña para visibilizar la trata de personas en estas misiones.

El secretario de Estado, Marco Rubio, durante una visita a Jamaica en marzo, se refirió a la manera en que el régimen cubano explota a los integrantes de las brigadas médicas. «Es una práctica atroz», denunció el cubanoamericano.

«En muchas otras partes del mundo, a los médicos cubanos no se les paga. Se le paga al Gobierno cubano. Les quitan los pasaportes. Básicamente, operan como trabajo forzado en muchos lugares», explicó