Tres semanas lleva Venezuela en confinamiento obligatorio, tres semanas sin respuesta ante la terrible escasez de combustible que ahora golpea a los productores agrícolas del estado Táchira que desde mediados de marzo ha venido paralizando la producción y comercialización de alimentos en todo el país.
«Si no hay gasolina no hay manera de que los productores puedan bajar sus cosechas de las fincas», afirma Gerson Pabón, director general de Fedeagro en el estado Táchira. «¿Quién tiene 150.000 pesos (3,21 millones de bolívares o 33 dólares a la tasa paralela del 3 de abril) para comprar una sola pimpina de apenas 20 litros? Por eso es que lo poco que se está mandando al centro del país está más caro. Incluso hay algunos que venden la pimpina en 200.000 pesos».
Es la primera vez en 25 años que los productores y los comercializadores de hortalizas y de frutas no pudieron reunirse para negociar los productos del campo y fijar sus precios de acuerdo con la oferta y la demanda debido a la escasez.
Una situación, que sin duda, se reflejará en los próximos días en anaqueles de mercados y supermercados en todo el territorio nacional.