El 2020 ha sido el año de la inflación y la hiperinflación en el país. Los niveles de escasez aunado a la debilidad de la moneda han hecho que el precio del dolar en el mercado negro suba como la espuma hasta dos veces por día.
Para la fecha la variación del tipo de cambio ha superado el 120%. Ya nadie quiere tener bolívares y esto ha hecho que los precios de los bienes y productos básicos se vayan a las nubes.
En promedio una familia venezolana necesita más de 70 salarios mínimos integrales para cubrir necesidades básicas.
El economista Asdrubal Oliveros asegura que el país padece una crisis inflacionaria por la pérdida de confianza en la moneda local «La gente no quiere tener bolívares. En las últimas semanas el gobierno ha emitido una gran cantidad de bolívares a través del gasto público, y estos bolívares están cambiando de manos, es como una papa caliente. La gente no los quiere”
El panorama sin duda, no es nada alentador. Las opciones son pocas, y en medio de las consecuencias de la pandemia la crisis se apodera de los hogares venezolanos. Muchas familias sobrevivían en Venezuela por las remesas que llegaban del exterior, pero esta crisis que se vive en el mundo entero afecta a millones dejando sin esperanzas a muchos venezolanos.
Los precios en los mercados locales aumentan a diestra y siniestra, ante la mirada inerte de los compradores, mientras que el régimen de Nicolás Maduro pretende suavizar la economía con bonos irrisorios que no alcanzan ni para comprar un cartón de huevos.
Sin duda, crisis más cuarentena, es una bomba de tiempo en Venezuela