Así lo ha anunciado este lunes el presidente chino, Xi Jinping, en la asamblea anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Xi Jinping explicó que su país ofrecerá en dos años asistencia valorada en 2.000 millones de dólares para apoyar a los países pobres afectados por la pandemia de COVID-19.
Subrayó además que las vacunas que China desarrolle contra este virus que ha causado más de 300.000 muertes en el planeta, “estarán disponibles como bien público global con el fin de que sean accesibles y asequibles para todos los países en desarrollo”.
China trabajará junto al resto de economías del G20 para suspender la deuda a los países más pobres, como parte de las medidas para superar la crisis economía derivada de la emergencia sanitaria.
El líder comunista afirmó en la videoconferencia desde Pekín que el mundo “se enfrenta a la más grave emergencia mundial de salud pública desde el fin de la Segunda Guerra Mundial”, una pandemia que “nos sorprendió a todos y se ha propagado a más de 210 países y regiones”.