Grupos de libaneses llamaron este domingo a seguir protestando, tras asegurar que el malestar acumulado por años de malas gestiones, a la que se sumó la explosión del pasado martes que ya deja 158 muertos, 21 desaparecidos y más de 5.000 heridos, no va a ceder con solo un día de manifestaciones. El llamado se divulgó a través de las redes sociales.
«Preparen las horcas, porque nuestra rabia no termina en un día», dice el mensaje, que se conoce en la misma jornada en que el patriarca cristiano maronita Bechara Boutros al-Rai dijo que el gabinete debería renunciar si es incapaz de «cambiar la forma en que gobierna”. El respetado líder religioso agregó que «la salida del primer ministro o de un solo ministro no basta. Todo el gobierno debería irse si es incapaz de ayudar a la reconstrucción del país”.
El sábado hubo duros enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de seguridad en la Plaza de los Mártires, que se ha transformado en el punto de reunión de quienes piden el fin del gobierno.
Al menos 117 personas resultaron lesionadas, y un policía murió en los enfrentamientos. Este domingo, la plaza amaneció rodeada por vehículos blindados. «La gente debería dormir en las calles y protestar hasta que el gobierno caiga», dijo la abogada Maya Habli mientras recorría el puerto donde se produjo la explosión.
Primera renuncia
«Después de la enorme catástrofe de Beirut, presento mi dimisión del gobierno», declaró la ministra de Información libanesa, Manal Abdel Samad, la primera en dejar su cargo tras la explosión y la segunda en lo que va de semana. «Pido disculpas a los libaneses, no hemos sabido responder a sus expectativas», agregó. En los últimos días, varios diputados han dejado sus puestos para expresar su malestar por lo ocurrido en Beirut.
Para tratar de apaciguar los ánimos de la calle, el primer ministro, Hasan Diab, anunció el sábado que iba a proponer la celebración de elecciones anticipadas y dijo estar dispuesto a permanecer en el poder «durante dos meses», el tiempo para que las fuerzas políticas lleguen a un acuerdo. Expertos dijeron esta misma jornada que la explosión del puerto dejó un cráter de 43 metros de profundidad.