El Servicio Postal de Estados Unidos dice que perdió 2.200 millones de dólares en el Segundo trimestre del 2020, por lo que la debilitada agencia, duramente golpeada por la pandemia del coronavirus, acumula pérdidas que funcionarios advierten podrían llegar a los 20.000 millones en dos años.
«Nuestra situación financiera es terrible, resultado de sustanciales reducciones del volumen de correo, un modelo de negocios fracasado y una estrategia de administración que no ha abordado adecuadamente estos temas”, dijo Louis DeJoy, el nuevo director general, en sus primeras declaraciones públicas desde que asumió el cargo en junio.
“Sin cambios dramáticos, no hay un final a la vista”, le dijo DeJoy a la junta de gobernadores en una reunión el viernes.
Mientras el envío de paquetes aumentó en más de un 50 por ciento, eso fue contrarrestado por una reducción de los envíos de primera clase y correspondencia de negocios, mientras subían los costos para poder pagar por los equipos de protección personal y remplazar a empleados enfermos o que optaron por quedarse en casa por temor al virus, dijo DeJoy.
Sin una intervención por parte del Congreso, la agencia enfrenta una inminente crisis de flujo de caja, dijo. El servicio postal está buscando una inyección de por lo menos 10.000 millones de dólares para cubrir las pérdidas operativas así como cambios en las regulaciones que anularían un requisito congresional de que la agencia prefinancie miles de millones de dólares en beneficios de los jubilados.
La agencia ahora está haciendo su parte, dijo DeJoy, un recaudador de fondos para el Partido Republicano que dejó su trabajo como ejecutivo de cadena de suministros para dirigir la agencia el 15 de junio.
DeJoy, de 63 años y originario de Carolina del Norte, es un importante contribuyente del presidente Donald Trump y del Partido Republicano. El es el primer director general del servicio Postal en casi dos décadas que no es un empleado de carrera del correo.
DeJoy dice que en su primer mes en el puesto, dirigió a la agencia para vigorosamente “enfocarse en las ineficiencias de nuestras operaciones”, incluyendo la aplicación de estrictos límites en las horas extras.
«Al realizar nuestras operaciones a tiempo y cumpliendo nuestras horarios, y al no incurrir en horas extras innecesarias u otros costos, aumentaremos nuestra habilidad para ser sostenibles y continuar ofreciendo un servicio accesible y de alta calidad”, dijo DeJoy.
Sin hacer referencia a las quejas de miembros del congreso sobre retrasos en las entregas en todo el país, DeJoy dijo que la agencia “monitoreará agresivamente y atenderá rápidamente los temas de servicios”.
Las declaraciones de DeJoy se producen mientras legisladores de ambos partidos pedían al servicio postal que revirtiera inmediatamente los cambios operativos que están ocasionando los retrasos y en las entregas en todo el país, y mientras se espera un enorme incremento en el volumen de correo debido a las votaciones por correo.
La presidente demócrata del Congreso, Nancy Pelosi, y el líder demócrata en el Senado, Chuck Shumer dijeron el jueves que los cambios impuestos por DeJoy “amenazan la entrega en tiempo del correo, incluyendo medicinas para ancianos, cheques para trabajadores y Boletas electorales de votantes, todo esencial para millones de estadounidenses”.
En cartas separadas, dos republicanos de Montana, el senador Steve Daines y el representante Greg Gianforte, también urgieron al Servicio Postal que revierta la directiva de julio, la cual elimina el pago de horas extras para cientos de miles de trabajadores postales y la cual establece que el correo sea guardado hasta el día siguiente si a los centros de distribución se les hace tarde.
Y otros 84 miembros del Congreso, incluyendo a cuatro republicanos, firmaron otra carta criticando los cambios y exigiendo su inmediata anulación.