Una historia con muchos cabos sueltos aún. José Carmelo Bislick Acosta, era profesor, exconcejal del PSUV y un destacado líder político de la revolución en Güiria, estado Sucre. Hoy está muerto. Fue secuestrado y asesinado por encapuchados porque «se comió la luz». Su familia reclama la indiferencia o el desprecio que los dirigentes del chavismo tienen ante su brutal asesinato.
Su hermana, Rosmery Bislick, contó a la periodista de investigación, Sebastiana Barráez que “A los actos velatorios no llegó ni el alcalde ni el buró político de la revolución. Tampoco hubo una sesión solemne para honrarlo, aunque él demostró una trayectoria política dentro y fuera del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), de importancia estratégica y organizativa”.
La dama solo dice “que la Secretaria de Gobierno del estado Sucre se presentó al cementerio, pareciera con intensión de lavar culpas y servir de enlace entre los miembros de la alcaldía y el equipo donde Carmelo trabajaba, que se negaba a reunirse con el alcalde y sus directores de línea por pensar que ellos eran parte de este abominable hecho”.
“El diputado Román Rojas no aceptaba acceder a las peticiones de la Secretaría de Gobierno, trayendo como consecuencia que el gobernador se trasladara a Güiria para conciliar ambos equipos. De ahí surge la visita del gobernador a casa de la esposa de mi hermano ofreciendo ahora ayuda a la familia”.
Creen que lo asesinaron por denunciar, dice Rosmery. “Sospechamos que fue por su crítica constante al tráfico de gasolina, su posición crítica dentro de la revolución. Ni nosotros, como su familia, ni su equipo de trabajo, encabezado por el diputado Román Rojas, nunca supimos de amenaza alguna”.
El caso está siendo investigado por una comisión especial que llegó del CICPC Caracas.
Todo es muy extraño para quienes conocieron a Bislick Acosta, un reconocido político crítico por convicción. Según su hermana “era la columna vertebral del PSUV en el municipio Valdez, por organizar y dominar la técnica electoral”.
El asesinato ocurrió el lunes 17 de agosto, a las 11 y media de la noche, en la urbanización Villas de Guayacán de la ciudad de Güiria, municipio Valdez del estado Sucre, al oriente de Venezuela. “José Carmelo estaba en su casa, con su esposa, sus dos hijos, su yerno y su nieto de seis meses”, relata a Barráez la hermana del dirigente chavista.
Cuatro hombres con armas cortas y largas entraron a la casa. “Toman a mi hermano como rehén, indicándole que habían ido por él, que es a él a quien buscaban y que lo iban a matar por ‘haberse comido la luz’. Aunque su esposa cae en pánico, él decide colaborar”..
“Llevan a Carmelo hasta el patio, donde están los perros, y ahí lo golpean”. “Uno de los sujetos dijo que había que matarlo, porque a eso habían ido”.
Tardaron horas en la vivienda. Comieron, robaron y hasta se probaron la ropa de la familia. “Al marcharse les dijeron que mi hermano los iba a acompañar para salir de la urbanización y que luego regresaría. Al salir mi hermano emite un quejido de dolor. ‘Ay mi madre’ fue lo que dijo mientras lo montan en su carro y se van”.
El profesor jamás volvió. Su cadáver fue encontrado en su carro, abandonado, según le informó el CICPC a su hermana.