Si por años se denunció la convivencia de las Fuerzas Armadas venezolanas con grupos irregulares como el Ejército de Liberación Nacional (Eln) y la disidencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), ¿por qué combatirían soldados venezolanos con algunos de ellos?
La versión oficial habla de un operativo con el que se logró neutralizar tres «campamentos irregulares» en el municipio José Antonio Páez, de la mencionada entidad fronteriza, desde donde operaban “grupos estructurados de delincuencia”.
Aunque no especificaron a qué grupos se referían, sí dijeron que provenían de territorio colombiano.
Pero en su comunicado, el ministro de Defensa del régimen omite, además, otros detalles importantes, que compartió con EL TIEMPO el director de la organización no gubernamental venezolana Fundación Redes (FundaREDES), Javier Tarazona.
«Estamos al frente de un problema entre terroristas, en el que las Fuerzas Armadas (Nacionales) decidieron meterse porque las (disidencias de las) Farc estaban dominando el enfrentamiento contra el Eln», sintetizó Tarazona, quien remonta el inicio del enfrentamiento al pasado jueves y su origen en una fricción en la disidencia de las Farc.
Alias Ferley, quien comanda el frente décimo en Apure, no habría entregado las ganancias producto de sus actividades en ambos lados de la frontera a los líderes de la disidencia de las Farc, alias Iván Márquez y alias Jesús Santrich.
«Decretan un enfrentamiento, la disidencia de las Farc, a esta disidencia de las disidencias», explicó Tarazona.
Alias Ferley, entonces, habría decidido replantearse su esquema de operaciones en territorio fronterizo y habría buscado ocupar distintas parroquias de Apure, con presencia y control del Eln.
Desde este jueves, pero con mayor intensidad desde este viernes y este sábado en la madrugada, se habría producido un enfrentamiento por estos territorios entre el Eln y el frente décimo de las Farc, dirigido por alias Ferley.
«Luego de que las Farc comienzan a controlar territorio, a derribar los campamentos del Eln, las Fuerzas Armadas venezolanas, a través de un comando de asalto, se hacen acompañar por el Eln y entran al enfrentamiento con las Farc», aseguró Tarazona en diálogo con este diario.
Tras ese enfrentamiento final, el grupo que dirige Tarazona pudo constatar la llegada de nueve militares venezolanos al Hospital Militar de San Cristóbal, en el estado Táchira, igual fronterizo con Colombia. También confirmó que cuatro de ellos fallecieron. Los demás, según él, siguen en proceso de recuperación, algunos estables, otros en condiciones críticas.
Lo llamativo, sin embargo, es que ningún insurgente fue trasladado al centro de salud. Y, según presume Tarazona, ninguno habría fallecido ni habría sido detenido.
En su comunicado de este domingo, el ministro de Defensa venezolano habla de la captura de cinco de ellos, con varios elementos, pero no dice sus nombres. Hasta el momento, tampoco los han mostrado y es esto, precisamente, lo que exige FundaREDES.
«Estamos creyendo que estamos ante una presunta operación de ‘falso positivo’ de detención de irregulares», dijo Tarazona, quien maneja la información de que los irregulares de las disidencias de las Farc habrían huido del sitio y que los cinco detenidos serían moradores de la zona donde se desarrolló el enfrentamiento.
Una sola cosa parece clara en todo esto. La violencia está escalando en la frontera, y está cobrando sus víctimas.
De acuerdo con FundaREDES, nada más entre enero y agosto de este año se registraron 437 enfrentamientos armados en los seis estados venezolanos que limitan con Colombia. Dejaron un saldo de 1216 fallecidos y 121 desaparecidos.
Con esto, ya se superaron los enfrentamientos armados que documentó esta oenegé en todo 2019. Y el año aún no termina.