Según la agencia de noticia France 24, después de más de cuatro años de estancamiento e ineficiencia, la UE quiere ahora cambiar las reglas migratorias con un claro objetivo: hacer partícipes a los países de Europa del Este (como Polonia, Austria y Hungría y que se niegan a acoger refugiados) en este plan, con una oferta mucho más atractiva para ellos y conciliar la presión migratoria que recae sobre los países de entrada como España, Italia o Grecia.
«La UE debe alejarse de las soluciones ad hoc y poner en marcha un sistema de gestión de la migración predecible y fiable», reza el comunicado de la Comisión, pactado tras amplias consultas entre los 27 miembros del bloque comunitario, pese a que “ninguna solución única sobre la migración puede satisfacer a todas las partes”.
La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, había adelantado la semana pasada la decisión de abolir y substituir Convenio de Dublín, el pilar de la política actual, por un nuevo «sistema europeo de gobernanza». Este Convenio había sido originalmente firmado en 1990, aunque desde 2013 rige su tercera versión, y define los criterios para el tratamiento de las demandas de asilo, en particular el país donde se debe procesar cada solicitud.
La Comisión apela a una “solidaridad obligatoria” de facto a cada uno de los 27 Estados miembros, evitando las fallidas cuotas obligatorias que generaron interminables disputas sobre dónde ubicar a los refugiados y migrantes entre los países de la costa mediterránea, los reacios orientales y los Estados norteños más ricos donde muchos solicitantes de asilo aspiran a vivir.
«No se trata de si los Estados miembros deben apoyar con solidaridad y contribuciones, sino de cómo deben apoyar”, declaró Von der Leyen. La idea es hallar un equilibrio entre los países que están al frente de la recepción de migrantes por ser la puerta de entrada a Europa y el resto de naciones europeas.
Para ello, Bruselas evaluará la situación de “emergencia” de los países bajo “presión” y si se diera una crisis como la de 2015 y 2016, se activará un mecanismo que obligará al resto de Estados miembros a acoger a algunos refugiados.
«Hoy proponemos una solución europea para restablecer la confianza entre los Estados miembros» y recuperar la confianza de los ciudadanos europeos en «nuestra capacidad de gestionar la migración como Unión», dijo Von der Leyen.
Además, si un país se ve sometido a una importante carga migratoria –especialmente los receptores– puede pedir ayuda al resto de naciones, que deberán elegir entre acoger a una parte de los migrantes, participar en las devoluciones o implicarse con un apoyo operativo, por ejemplo financiar la construcción de un campo de refugiados, según explicó en la víspera del anuncio la comisaria europea de Migración, Ylva Johansson.
“En caso de crisis, los países podrán elegir entre la reubicación o el patrocinio de retornos”, dijo Johansson, en referencia a la fallida reubicación de migrantes como se demuestra con el campamento de Moria, uno de los muchos campamentos en el seno de la UE donde los refugiados esperan durante años para ser trasladados o tener la posibilidad de tramitar sus solicitudes de asilo.
Como incentivo a esta “solidaridad a la carta” para acoger refugiados o solicitantes de asilo rescatados en el mar, Bruselas ofrecería hasta 10.000 euros por cada adulto, financiados con presupuesto de la UE.
«En cuanto a los patrocinios de los retornos, los Estados que lo asumen en nombre de los Estados que lo piden tendrán la obligación de organizar estos retornos en países donde pueden, donde saben, donde creen que lo pueden conseguir. Si no es el caso, si después de ocho meses que es bastante tiempo para organizar los retornos, no lo consiguen, esta obligación se transformará en obligación de la relocalización», explicó el vicepresidente de la Comisión Europa, Margaritis Schinas.
Con esta nueva idea del “patrocinio”, Bruselas quiere que los Gobiernos europeos que se nieguen a recibir solicitantes de asilo, participen con inversión en sus retornos. Por ejemplo, organizando vuelos de retorno o facilitando los contactos diplomáticos necesarios para llevar a cabo las devoluciones, sin intervención de la Comisión.
La propuesta también incluirá la creación de vías legales de entrada e impulsar los reasentamientos de personas que ya disfrutan de protección internacional pero se encuentran fuera de la Unión Europea, así como afianzar lazos con terceros países que participan en las rutas migratorias para gestionar los retornos.
Con información de France 24