Delta es ahora una depresión tropical. El
, que arribó al territorio continental de Estados Unidos con la fuerza de un huracán categoría 2, aminoró su intensidad, luego de hacer contacto con tierra.
Antes de rebajar su categoría de manera drástica, el ciclón provocó intensas lluvias en Luisiana. Por ese motivo, las autoridades locales emitieron mensajes de advertencia, que alertaron a la ciudadanía sobre posibles inundaciones.
Más de 3.000 hombres de la Guardia Nacional fueron desplegados por el gobernador John Bel. Todos ellos participaron en las labores de evacuación, que mantienen en refugios a, por lo menos, 9.400 ciudadanos.
A lo largo de la costa norte del Golfo de México, Delta dejó sin servicio de energía eléctrica a casi 700.000 hogares. Aún después de debilitarse, el vórtice continuó siendo peligroso. Extensas zonas, ubicadas en los valles de los ríos Mississippi y Tennessee, se mantienen a la espera de inundaciones, a causa de las precipitaciones provocadas por Delta.