Comienza la prueba de fuego para la jueza estadounidense Amy Coney Barrett, nominada por el presidente Donald Trump para llenar la vacante en la Corte Suprema, quien a partir de este este lunes encara una audiencia de confirmación en el Senado, indicando que los republicanos siguen adelante con el plan de confirmarla antes de las elecciones del 3 de noviembre pese a la oposición de los demócratas.
Barret, de 48 años, es el tercer candidato del presidente Trump a la Corte de nueve miembros. La audiencia de confirmación de cuatro días que realizará la Comisión Judicial del Senado sobre la jueza conservadora comenzará con declaraciones de apertura de legisladores y de la propia Barrett.
En un comunicado previo, la jueza Barret dijo que está lista para decirle a los senadores en su audiencia de confirmación a partir del lunes que los tribunales «no deberían intentar» formular políticas y deberían dejar eso a los presidentes estadounidenses y al Congreso.
En el texto, Barrett presenta una interpretación estricta del papel del tribunal superior, diciendo que «no está diseñado para resolver todos los problemas o corregir todos los errores de nuestra vida pública».
En cambio, expone, «las decisiones de política y los juicios de valor del gobierno deben ser hechos por los poderes políticos elegidos por el pueblo y responsables ante él. El público no debe esperar que los tribunales lo hagan, y los tribunales no deben intentarlo».
La serie de audiencias que inicia el lunes es clave previo a la votación del pleno del Senado, prevista para fines de octubre.
Barrett sostiene que como jueza, busca «alcanzar el resultado requerido por la ley, sean cuales sean mis preferencias», según una copia de sus declaraciones preparadas que fue divulgada el domingo.
Su confirmación para reemplazar a la difunta jueza liberal Ruth Bader Ginsburg crearía una mayoría conservadora de 6-3 en la corte que podría llevar a fallos que revoquen los derechos al aborto, amplíen los derechos sobre religión y armas y ratifiquen las restricciones al voto respaldadas por los republicanos, entre otros temas.
Los republicanos tienen una mayoría de 53-47 en el Senado, por lo que la confirmación de Barrett parece casi segura.
Los demócratas han centrado sus críticas hasta ahora en el papel potencialmente decisivo de Barrett en un caso pendiente ante la Corte Suprema en el que Trump y estados liderados por republicanos buscan invalidar Ley de Cuidado Asequible de la Salud, conocida como Obamacare.
Los demócratas han pedido a Barrett que se abstenga del caso, diciendo que tendría un conflicto de intereses porque Trump ha pedido que se derogue la ley.
También le han exigido que se aparte de cualquier caso relacionado con las elecciones presidenciales porque Trump ha dicho que es probable que el tribunal tenga que resolver los casos por disputas electorales.
Se espera que Barrett, una devota católica que ha expresado su oposición al aborto, también enfrente preguntas de demócratas sobre ese tema. Los activistas cristianos conservadores han esperado durante mucho tiempo que la corte revoque el histórico fallo Roe v. Wade de 1973 que legalizó el aborto en todo el país.
El candidato demócrata a la presidencia de EE.UU., el expvicepresidente Joe Biden, argumentó su postura respecto al tema en un comunicado.
«El presidente Trump ha estado tratando de descartar la Ley del Cuidado Asequible de Salud durante cuatro años. Los republicanos han estado tratando de ponerle fin durante una década», dijo Biden. «Ella tiene un historial escrito de estar en desacuerdo con la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos que defiende la Ley del Cuidado Asequible de Salud».
Con información de VOA