Los contagios han aumentado a lo largo y ancho del país por lo que las autoridades han encendido las alarmas sobre todo ahora que llegan las temperaturas más frías del otoño y el invierno, junto a la temporada de fiestas de la época, hacen temer un regreso a las estrictas medidas tomadas al inicio de la pandemia en marzo pasado.
Estados Unidos acumula hasta la fecha más de 11 millones de casos de COVID-19 y 247.229 muertes por la enfermedad, según cifras de la Universidad Johns Hopkins Durante la semana pasada, el país registró un promedio de casi 150.000 casos diarios.
En Iowa, el gobernador Kim Reynolds ordenó el lunes que todas las reuniones en interiores están limitadas a 15 personas, así como uso obligatorio de máscaras para quienes no puedan distanciarse de otras personas bajo techo por más de 15 minutos. Además, todos los restaurantes y bares deben cerrar a las 10:00 de la noche.
«Si los residentes no hacen esto, todos perdemos”, dijo Reynolds en una conferencia de prensa. “Los negocios cerrarán de nuevo, muchas escuelas estarán forzadas a regresar a las clases virtuales, nuestro sistema de salud fallará y el costo de vidas humanas será alto”.
En California, el gobernador Gavin Newsom fue más lejos, suspendiendo todos los servicios interiores de bares y restaurantes y requiriendo que todas las personas usen máscaras fuera de sus hogares, con muy pocas excepciones.
Las restricciones se aplican a 40 de los 58 condados de California.
Con información de VOA