Este viernes, los chilenos salieron nuevamente a las calles de Santiago, a exigirle al Presidente de la Nación, Sebastián Piñera, la renuncia.
Aproximadamente unas 10.000 personas, que habían sido convocados por las redes sociales, se aglomeraron en las calles aledañas a la casa de gobierno.
La policía de Chile mantuvo las calles fuertemente cercada por la Policía, para evitar de esta manera que los manifestantes avanzaran por la céntrica avenida Alameda, la principal arteria de la capital chilena.
La policía empleó gases y carros lanza-agua para dispersar a grupos de encapuchados que les arrojaban piedras y palos y quemaron paraderos de transporte público.
«Todo Chile va a seguir saliendo a la calle hasta que este presidente renuncie, mientras no deje el puesto Chile va a seguir movilizado, no solo Santiago, sino el país completo», afirmó a la AFP una manifestante identificada como Andrea Molina, trabajadora de un comercio, de 36 años.