La Oficina de Washington para América latina (WOLA, por sus siglas en inglés) considera necesario un viraje en la política que ha aplicado la Casa Blanca con respecto a Nicolás Maduro y a su dictadura.
Geoff Ramsey, director de WOLA para Venezuela, y David Smilde, investigador principal de la Oficina, creen que la futura administración Biden debería optar por un enfoque diplomático, que le otorgue mucho más peso al diálogo y a las negociaciones.
Los expertos aclararon que esa estrategia no implica, necesariamente, entablar conversaciones directas con el régimen venezolano, pero sí con varios de sus aliados en Oriente Medio, el resto de Asia y Europa oriental.
Para ambos especialistas, Rusia y China son dos de esas naciones clave. Por ese motivo, el Departamento de Estado que se instale tras el 20 de enero debería explorar, junto a Moscú y Pekín, “áreas de interés mutuo en Venezuela”.
Tanto Ramsey como Smilde agregaron que Estados Unidos también debería “convocar a un grupo de trabajo interinstitucional para revisar las sanciones de Venezuela (…) con el objetivo de reformar la política de manera que alivie la crisis humanitaria”.