El asalto al Congreso de Estados Unidos no sólo causó destrozos y muerte dentro y fuera del edificio del Capitolio. Su impacto se ha trasladado hasta el otro extremo de la avenida Pensilvania, ocasionando una cascada de deserciones en la Casa Blanca.
El mar de dimisiones lo ha encabezado Elaine Chao, hasta este jueves secretaria de Transporte de la administración de Donald Trump. Chao, quien es la esposa de Mitch McConnel, líder de la mayoría republicana en el Senado, se refirió al episodio de este miércoles como “un evento traumático, totalmente evitable”.
Con su renuncia, la ahora ex ministra se convirtió en el primer funcionario de alto rango que sale del actual Ejecutivo, tras de los sucesos que estremecieron Washington D.C. Esos disturbios llevaron a la alcaldesa, Muriel Bowser, a decretar un toque de queda que se extenderá hasta que Joe Biden, el presidente entrante, asuma las riendas del Ejecutivo, el venidero 20 de enero.
En las horas previas a la renuncia de Chao, Mick Mulvaney, ex jefe de gabinete y enviado especial a Irlanda del Norte, también se hizo a un costado. “No puedo seguir aquí después de lo de ayer. No se puede mirar lo de ayer y pensar: quiero ser parte de eso de alguna manera”, expresó el diplomático, en una entrevista que concedió este 7 de enero a la cadena CNBC.
Durante ese espacio, Mulvaney confesó que los que permanecen en sus puestos han decidido mantenerse allí para evitar males mayores. “Quienes optan por seguir – y yo he hablado con muchos de ellos – lo hacen porque están preocupados de que pongan en su lugar a alguien peor”, dijo.
A las dimisiones de Elaine Chao y Mick Mulvaney hay que sumar las de Anna Cristina Niceta, secretaria social de la Casa Blanca; Matt Pottinger, consejero adjunto de Seguridad Nacional y Stephanie Grisham, secretaria de Prensa y jefa de gabinete de la primera dama. Los tres se separaron de sus cargos este miércoles, en claro rechazo a la toma del congreso por parte de manifestantes pro Trump.