El empresario colombiano Alex Saab, detenido en Cabo Verde, apeló ante el Supremo Tribunal de ese país la orden de extradición que pesa en su contra para Estados Unidos, donde enfrenta a la justicia por lavado de dinero, informó este viernes su defensa.
Los abogados de Saab acudieron a la máxima corte del país para revertir un fallo de un tribunal de apelaciones del 4 de enero que ratificaba la orden de extradición.
«No se dan las condiciones legales ni morales, ni en el derecho internacional ni en el derecho caboverdiano, para proceder a la extradición del embajador Saab», indicó Geralado Almeida, que integra el equipo legal, citado en el texto.
Saab, de 49 años, es acusado de haber organizado una red de corrupción en beneficio del régimen de Nicolás Maduro a través de las cajas del CLAP.
Fue detenido durante una escala técnica de su avión en Cabo Verde, a mediados de junio de 2020, y dos meses después fue autorizada su extradición a Estados Unidos por un fallo de un tribunal de Barlovento, que ha sido apelado.
El régimen de Venezuela que otorgó a Saab la nacionalidad venezolana y le da trato diplomático con un título de Enviado Especial, tachó la detención de «arbitraria» y ha pedido «medidas humanitarias» para que el empresario recibiera arresto domiciliario, argumentando que sufrió «maltrato y torturas».
Una corte regional ordenó por su parte detener la extradición, pero el proceso sigue su curso.
Junto a su socio Álvaro Pulido, Saab enfrenta a la justicia de Estados Unidos por supuesto lavado de dinero en un esquema de sobornos, en el que se habrían transferido 350 millones de dólares fuera de Venezuela a cuentas en el extranjero que ellos poseían o controlaban.
Washington, que encabeza la presión internacional contra Maduro, a quien tilda de «dictador», ha impuesto sanciones contra 15 empresas vinculadas a Saab, incluidas en una lista negra estadounidense como «beneficiarias».
Si son hallados culpables, enfrentan hasta 20 años de prisión.
«Saab padece una enfermedad grave, no puede aguantar el encarcelamiento en una prisión de muerte estadounidense», increpó Almeida, sin aportar mayores detalles. «En caso de extradición, es probable que su destino sea la muerte».