De la “política dura” republicana a la “política suave” de los demócratas. Ese es el tránsito que se está dando en Estados Unidos, con el advenimiento de Joe Biden a la Casa Blanca.
El nuevo presidente, a quien se le conoce como un hombre conciliador, empieza a mostrar destellos que indican que su enfoque con relación a Venezuela romperá con las prácticas empleadas por la administración Trump.
Para el analista John Magdaleno, la primera evidencia de ese giro de timón radica en la reciente licencia de la Oficina de Control de Activos en el Extranjero (OFAC, por sus siglas en inglés).
El documento no sólo sustituye un decreto previo emitido por ese mismo despacho, sino que autoriza algunas operaciones entre personas naturales o jurídicas, radicadas en la Unión Americana, y el Instituto Nacional de Espacios Acuáticos (INEA).
“Las recientes decisiones de la OFAC pueden suponer una relativa flexibilización, a la postre, de las sanciones impuestas por la administración norteamericana, en tiempos de [Donald] Trump”, dijo Magdaleno, durante una entrevista concedida al programa “El Cítizen” de Evtv Miami.
Para el especialista, ese relajamiento podría ser el preludio de una serie de medidas que tendrían como objetivo atenuar la presión sobre el régimen de Nicolás Maduro, con el ánimo de crear condiciones favorables para un eventual diálogo entre Washington y quienes hoy usurpan Miraflores.
“Allí hay unos movimientos que me parece interesante analizar porque eso podría dar pie a algún nuevo proceso de negociación, esta vez (…) mucho más evidentemente multilateral, que involucraría a muchos más factores para que se pueda avanzar, eventualmente, en la restitución de algunas garantías”, consideró el experto.