Solicitantes de asilo con casos abiertos que han estado tres meses o años en la frontera norte de México con Estados Unidos (EEUU), podrían regresar al país, a partir de este viernes, informaron las autoridades.
La medida iniciará de forma progresiva con la idea de beneficiar a los inmigrantes afectado por el programa “Quédate en México”, conocido oficialmente como Protocolos de Protección al Migrante (MPP), este mismo fue puesto en marcha por el expresidente de EEUU, Donald Trump, y que el nuevo mandatario, Joe Bien, canceló tras su llegada a la Casa Blanca.
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Sin embargo, el número de solicitantes de asilo que llegarán inicialmente será muy limitado, comenzarán por este viernes desde el cruce fronterizo de San Diego, California, el lunes por el de Brownsville, Texas y el próximo viernes por el de El Paso, Texas.
Asimismo, las autoridades estadounidenses advirtieron a la población que no se acerque a la frontera ya que los 25.000 solicitantes con casos abiertos, deberán registrarse en una página web, que el Alto Comisionado para los Refugiados de Naciones Unidas lanzará a principios de la próxima semana.
Con respecto a la pandemia de la COVID-19, la Organización Internacional para las Migraciones, la agencia migratoria de las Naciones Unidas, planea realizar pruebas de coronavirus a estas personas y en caso de dar positiva alguna de ellas, se pondrá en cuarentena durante 10 días.
Los más antiguos irán primero
Por otra parte, se conoce que los funcionarios señalaron que dos de los cruces pueden manejar hasta 300 personas al día cada uno y un cruce más pequeño podría controlar menos.
A su vez, los inmigrantes admitidos en EEUU, nuevamente, no serán internados en centros de detención hasta que se procese su solicitud de asilo, sino que quedarán libres a la espera de su cita ante la corte migratoria.
Solicitantes que fueron desestimados podrían no ser elegibles para regresar
Cabe acotar que, las organizaciones no gubernamentales como el Servicio Familiar Judío de San Diego y Global Response Management, que trabajan en Matamoros y Brownsville, desempeñarán un papel crucial en cuanto a los refugios temporales y transporte una vez que los solicitantes de asilo entres en Estados Unidos.
«Este problema lleva años gestándose, y están tratando de encontrar soluciones, pero están lidiando con cosas que surgen en tiempo real», sostuvo Andrea Leiner, portavoz de Global Response Management.
Leiner agregó que estas personas están “increíblemente esperanzada de que esta sea su oportunidad de cruzar, pero también hay mucha ansiedad y miedo de que, de alguna manera, si hacen lo incorrecto y no están en el lugar correcto en el momento adecuado, puedan perderlo”.