El papa Francisco afirmó que mantiene por ahora su histórica visita a Irak, que comenzará dentro de dos días, pese a la violencia que castiga al país, escenario de un nuevo ataque con cohetes el miércoles contra una base militar que alberga tropas estadounidenses.
«Pasado mañana, Dios mediante, iré a Irak para una peregrinación de tres días. Hace mucho tiempo que quiero encontrarme con ese pueblo que ha sufrido tanto», dijo Francisco, de 84 años, durante su audiencia semanal.
«Les pido que acompañen este viaje con sus oraciones (…). El pueblo iraquí nos está esperando, esperó a Juan Pablo II, al que prohibieron ir. No se puede decepcionar por segunda vez a ese pueblo», agregó.
El pontífice argentino desea cumplir la promesa hecha por el polaco Juan Pablo II, quien tuvo que renunciar en 1999 a visitar Irak después de negociaciones infructuosas con el expresidente Sadam Husein.
El papa Francisco confirmó su viaje pocas horas después de que al menos diez cohetes fueran disparados contra una base en la que hay desplegados soldados estadounidenses, en el oeste de Irak. Un civil murió de un ataque al corazón tras la agresión.
El martes, el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, explicó que Francisco se desplazará en un vehículo blindado durante su visita a Irak, del 5 al 8 de marzo.
«La seguridad es siempre responsabilidad del país que lo hospeda», precisó Bruni. «El papa además no se reunirá con multitudes», añadió.
En ninguno de los actos del papa a lo largo de los tres días se congregarán más de 100 personas. A excepción de una misa en un estadio deportivo de Erbil, en el Kurdistán iraquí, donde se han puesto a disposición de los fieles 10.000 entradas de las 30.000 que puede alojar el lugar, explicó el Vaticano.
«La mejor forma de interpretar este viaje es que es un acto de amor», agregó Bruni, reiterando que el pontífice lo que quiere es que «la gente vea que el papa está ahí y está cerca de ellos», resumió.
Con información de AFP