El Programa Mundial de Alimentos (PMA) mostró en su informe sobre seguridad alimentaria, durante la pandemia de la COVID-19, que 12% de los migrantes venezolanos en Colombia, Ecuador y Perú están en situación de “hambre severa”.
“La pandemia de COVID-19 resultó en una emergencia sanitaria y socioeconómica sin precedentes que exacerbó las vulnerabilidades existentes entre más de tres millones de migrantes venezolanos en Colombia, Perú y Ecuador, que huyeron de su país tras la crisis política y económica”, indicó el PMA.
Un migrante de cada cuatro (27%) consumió solo una comida (18%) o pasó el día anterior sin comer (9%) en el momento de la entrevista.
En el documento publicado el pasado 11 de marzo, la cifra representa un aumento de más del doble en comparación con el estudio realizado en junio de 2020, cuando alcanzó 12%.
El PMA destacó que los migrantes muestran niveles significativamente más altos de hambre moderada y severa en comparación con los residentes, y explicó que han tenido que recurrir “a una variedad de mecanismos de supervivencia que afectan sus medios de vida y su capacidad para satisfacer sus necesidades alimentarias y otras necesidades esenciales“.
En este sentido, siete de cada 10 migrantes señalaron que adoptaron al menos una estrategia de afrontamiento, que van desde vender activos (49%) hasta pedir dinero prestado (59%) y aceptar trabajos informales y mal remunerados (48%).