El canciller del régimen venezolano, Jorge Arreaza, dio declaraciones sobre el conflicto armado en el estado Apure, alegando que dicho suceso es una consecuencia por parte del «estado fallido» de Colombia y su desamparo en la frontera colombo-venezolana.
«Estamos aquí para informar las consecuencias de un conflicto que no es nuestro, no es venezolano. Colombia es un Estado fallido, el desamparo de la frontera es absoluto».
A su vez, sentenció que el territorio colombiano «es un narco-estado» y «concentra la mayor cantidad de conflictos y distorsiones».
«Nos corresponde en Venezuela, desde hace 70 años, enfrentar las secuelas, el desborde del conflicto colombiano hacia nuestro territorio, con consecuencias en vidas humanas, en la economía venezolana, en la seguridad».
Desplazamiento, otras cifras disfrazadas por el régimen
En cuanto a las personas desplazadas por los enfrentamientos, Arreaza informó que la población venezolana estaría devolviéndose a la localidad de La Victoria, donde comenzó y se siguen manteniendo las detonaciones y las guerrillas.
«La Victoria tiene exactamente 3.574 personas y dicen que hay 6 mil personas que se fueron, el doble. Familias que salieron de La Victoria y otras zonas de Apure, ya están regresando. El Estado venezolano está limpiando la zonas de minas».
Ante esto último, el canciller de la dictadura solicitó a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) un asesoramiento para desminar todo el terreno y determinó que las misma, fueron activadas «por los grupos irregulares colombianos armados, a pesar de la Fuerza Armada Nacional (FAN) tiene toda la capacitación».
También pidió al Consejo de Seguridad de la ONU abordar el impacto de Colombia en Venezuela y anunció que enviarán una comunicación a gobierno de México, que preside la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), para que este organismo «actúe y logremos tener canales de comunicación y garantizar la paz regional”.