En un país que se cae a pedazos, incluso mucho antes de la llegada de la pandemia del coronavirus, la primera necesidad de todo aquel que asegure ser «quién gobierna» debería ser el velar por los derechos de sus ciudadanos, porque tengan alimentos y medicamentos.
Sin embargo en Venezuela eso no sucede. Mientras el gobierno legítimo encabezado por Juan Guaidó y la Asamblea Nacional legítima aprobaron la financiación para la adquisición de 12 millones de vacunas contra el Covid-19 a Venezuela a través del mecanismo COVAX de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el régimen de Nicolás Maduro, además de darse a la tarea de bloquear el ingreso de esas vacunas al país, y con el objetivo claro de disfrazar la realidad que cada día se vuelve más trágica, y en la que miles de venezolanos están muriendo por no tener acceso a los medicamentos o por no tener la posibilidad de ser atendido en un hospital (que se caen a pedazos) se ha dado a la tarea de montar ¡TREMENDO SHOW! para desviar la atención internacional.
Y es que este martes, quien es uno de los cabecillas del régimen, Jorge Rodríguez, presidente de la ilegítima Asamblea Nacional, se ha dado a la tarea de presentar ¡UNAS PRESUNTAS PRUEBAS! en las que según ellos, la oposición se quiere apoderar de más de 50 millones de dólares que le pertenecen al país.
Y aquí cabe el dicho «cada ladrón juzga por su condición» y es que de manera descarada Rodríguez presenta unas presuntas grabaciones para comprometer a miembros del gobierno interino y desviar la atención de la realidad que vive el país.
En una nación de unos 30 millones de habitantes aproximadamente, la dictadura ha reportado 175.812 casos positivos y 1.812 muertos, una cifra realmente baja en comparación con el número de casos que se han reportado en el resto de Latinoamérica, pero la realidad habla por sí sola y para muestra solo hay que hacer una ligera revisión de los subregistros que en algunos de los medios de comunicación, como EVTV, que aún asumen sin temor, su compromiso de informar tienen.
La verdad es que los hospitales están colapsados, los insumos son escasos, no hay agua ni si quiera para poder cumplir medianamente con las normas de higiene, morgues colapsadas, ambulancias que deberían ser utilizada para trasladar pacientes vivos, son utilizadas para trasladar muertos, y como si fuese poco mucho menos existe un protocolo eficiente de registro de muertes de casos por covid-19.
“No hay peor ciego que el que no quiere ver”
De acuerdo con aquellos que realmente se encuentran en la primera línea de batalla, el personal de salud, y viven a diario las terribles escenas de terror, los centros hospitalarios se han desbordado de muertos por Covid-19.
Según la organización gremial Médicos Unidos de Venezuela, han muerto 460 profesionales de la salud por COVID-19, cifra que desmiente claramente al régimen.
La realidad es clara y notoria cada día se agudiza la crisis sanitaria en el país, las morgues están colapsadas de venezolanos que perdieron la dura batalla contra el covid-19, los cementerios ya no tienen espacios, han habilitado espacios no aptos para crear fosas comunes y allí arrojar los cuerpos de quienes ni si quiera al morir pueden hacerlo de una manera digna.
Desde el día uno
La oposición dirigida por el Presidente Interino Juan Guaidó, desde el día uno se encargó de alertar acerca del pésimo manejo de la pandemia en Venezuela, que ha estado lleno de mentiras y falsas esperanzas.
Los especialistas aseguran que el número de casos positivos y muertes en Venezuela han sido subestimado por la insuficiencia de pruebas PCR y una dependencia de pruebas rápidas de anticuerpos.
El retraso de semanas en la detección del virus se debe a la centralización de los laboratorios autorizados, muchos han muerto sin tener una prueba que asegure que es un caso positivo de Covid.
Navidades y carnavales infelices
Tras un receso «por una supuesta mejoría» en el número de contagiados, el régimen se atrevió a retar una vez más a la pandemia y se encargó de soltar la riendas a su conveniencia, según ellos para que los venezolanos se olvidaran un poco de la tragedia que estaban viviendo, pero luego de los carnavales la ocupación en los hospitales aumentó exponencialmente.
Estamos frente a la indolencia de un régimen que se niega a dejar que ingresen las vacunas a un país que está colapsado, que no tiene las condiciones mínimas para atender a sus ciudadanos en los hospitales y así evitar que millones de familias sigan perdiendo a sus seres queridos.
El clamor es el mismo. La necesidad se desborda y lo que piden los venezolanos es que más que shows y realidades disfrazadas, la vacuna entre al país y puedan ser inmunizados todos sin discriminar.
Con la aprobación del acuerdo que autorizó por unanimidad la Asamblea Nacional legítima se está garantizando vacunas contra el coronavirus para todos los venezolanos. Vacunas económicas seguras, de alta calidad y certificadas internacionalmente para hacer frente a esta pandemia.