El embajador de Venezuela ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Gustavo Tarre Briceño, se pronunció ante el Consejo Permanente de la OEA para exponer la crisis sanitaria venezolana y la ausencia de un proceso de vacunación.
“Como resultado de una pésima gestión, el sistema de salud pública en Venezuela ha colapsado. Los hospitales y centros de atención están en una situación deplorable y el acceso a medicamentos y tratamientos depende del favoritismo en favor de quienes ocupan altas posiciones políticas y de los sobornos que algunos venezolanos puedan pagar”, dijo Tarre Briceño para aperturar su intervención.
El representante diplomático del Gobierno Legítimo denunció, como el régimen ha ocultado la información real acerca del número de contagios, la cifra de fallecidos y todo lo que concierne al plan de vacunación contra el COVID-19.
“Nadie sabe cuántas vacunas han entrado efectivamente en Venezuela. Sin embargo, sí sabemos que los más altos funcionarios de la usurpación, encabezados por el mismo Nicolás Maduro han sido vacunados”, acotó.
Por otra parte, resaltó como “el Gobierno del Presidente Juan Guaidó ha insistido para lograr el acceso de nuestro país al mecanismo COVAX. El 20 de marzo se logró un acuerdo, bajo el auspicio de la OPS y la UNICEF, mediante el cual la Asamblea Nacional legítima aportaría 30 millones de dólares para garantizar el acceso de Venezuela al mecanismo COVAX y comprar los insumos necesarios para tener la cadena de frío que requieren las vacunas a ser comparadas”, sumó.
No obstante, prosiguió, “cuando la OPS anunció que a Venezuela le serían asignadas 2 millones de dosis de la vacuna Astrazeneca, los voceros de Maduro anunciaron que no se permitiría el ingreso de esas vacunas a Venezuela”.
Tarre Briceño explicó que esto ocasionó que se desataran diferentes protestas en contra del régimen, que finalmente fue doblegado y tuvo que acceder ante las exigencias de los venezolanos.
Esta respuesta de la dictadura, resaltó Tarre Briceño, “deja en evidencia que las sanciones no impiden la compra de medicamentos, comida o ayuda humanitaria como lo han aseverado Maduro y sus aliados y pone de manifiesto que de haber querido habrían podido comprar los insumos necesarios hace mucho tiempo, salvando incontables vidas y ahorrado sufrimiento al pueblo venezolano”.
Para finalizar, exigió que “la distribución de las vacunas se debe llevar a cabo sin consideraciones políticas o ideológicas. Pareciera innecesario decir esto, pero el régimen ha anunciado que se le dará prioridad en la vacunación a los titulares del mal llamado Carnet de la Patria, instrumento de control social y político que premia una supuesta lealtad de sus portadores hacia el régimen dictatorial”, concluyó.