El fútbol europeo se acerca a la implosión: doce grandes clubes anunciaron este lunes su «Superliga», una competición privada destinada a chocar con la Liga de Campeones, lo que constituye una declaración de guerra a la que la UEFA prometió responder con duras medidas contra esos clubes y sus jugadores.
«Doce de los clubes europeos más importantes anuncian haber cerrado un acuerdo para la creación de una nueva competición, The Super League, gobernada por sus clubes fundadores. AC Milan, Arsenal, Atlético Madrid, Chelsea, FC Barcelona, Inter Milán, Juventus, Liverpool, Manchester City, Manchester United, Real Madrid y Tottenham se han unido como clubes fundadores», se puede leer en un comunicado transmitido a la AFP.
Según una fuente cercana al asunto, otros gigantes como el Bayern Múnich o el París Saint-Germain fueron contactados, pero los dos finalistas de la Liga de Campeones en 2020 no se sumaron y la UEFA agradeció públicamente a «los clubes alemanes y franceses» su lealtad.
La prensa europea de este lunes daba por declarada la guerra en el fútbol: «La guerra de los ricos», tituló el diario deportivo francés L’Équipe, mientras que el británico Daily Express incidía en los términos bélicos con un «Es la guerra». En la prensa española se hablaba frecuentemente de «bombazo».Se trata de un terremoto sin precedentes en casi setenta años de competiciones europeas. El fantasma de un cisma sobrevoló la UEFA en varias ocasiones pero hasta ahora no se había dado un paso tan firme en este sentido.
«La temporada inaugural comenzará tan pronto como sea posible», añade el texto, sin fijar un calendario preciso.
Este proyecto, explican sus promotores, está destinado a «generar recursos suplementarios para toda la pirámide del fútbol».
«Como contrapartida por su compromiso, los clubes fundadores recibirán un pago en una vez del orden de 3.500 millones de euros (4.190 millones de dólares), destinado únicamente a inversiones en infraestructuras y a compensar el impacto de la crisis del covid-19», añade el comunicado.
Si esa cifra se confirma se trataría de ingresos muy superiores a los que los clubes obtienen de la UEFA por el conjunto de sus competiciones de clubes (Liga de Campeones, Europa League, Supercopa de Europa), que generaron 3.200 millones de euros (3.880 millones de dólares) en ingresos televisivos en la campaña 2018-2019, antes de que la pandemia afectara gravemente al mercado europeo de los derechos deportivos.
Este lunes, las acciones de la Juventus se dispararon en la Bolsa de Milán, como efecto del anuncio.
El primer presidente de The Super League es el español Florentino Pérez, presidente del Real Madrid.
«Vamos a ayudar al fútbol en todos los niveles, para llevarle a ocupar el lugar que merece. El fútbol es el único deporte global. Nuestra responsabilidad como grandes clubes es satisfacer las expectativas de los aficionados», dijo Pérez, citado en el comunicado.
Liga casi cerrada
El ‘deporte rey’ en Europa ve así su futuro convulsionado, ya que la Superliga entra en oposición con la filosofía actual de redistribución de los recursos televisivos entre la Champions y las ligas nacionales. Los clubes que promueven la nueva competición aspiran a un sistema de liga casi cerrada, comparable a los campeonatos norteamericanos de básquetbol (NBA) o de football americano (NFL).
Según sus promotores, la Superliga funcionaría con un formato de una temporada regular con 20 equipos, quince de ellos llamados «clubes fundadores», clasificados de oficio cada año, y otros cinco disfrutando de invitaciones «a través de un sistema basado en su rendimiento en la temporada anterior».
Al término de esa primera fase, que empezaría en el mes de agosto, habría unos ‘playoffs’ al final de la temporada, hasta mayo, para decidir al campeón.
Los partidos se disputarían en principio en mitad de la semana, entrando en competencia directa con las fechas reservadas para la Liga de Campeones, pero no con las ligas nacionales, tradicionalmente organizadas los fines de semana.
Amenaza de expulsión
La UEFA, en un comunicado firmado también por varios campeonatos nacionales de su continente, amenazó el domingo a todo club ‘disidente’ con la exclusión de las competiciones nacionales e internacionales, advirtiendo además que los jugadores de esos clubes no podrían jugar con sus respectivas selecciones nacionales.
Queda por saber si esa amenaza se ajusta al Derecho europeo de la competencia, lo que hace presagiar una eventual batalla jurídica.
En un comunicado poco después del anuncio del lanzamiento de la Superliga, la FIFA quiso «expresar su desaprobación a una liga separatista europea cerrada».
El lanzamiento de esta «Super League» llega cuando la UEFA celebra este lunes una reunión de su Comité Ejecutivo, destinada en principio a oficializar la reforma de la Champions League para la etapa que debe comenzar en 2024.
A lo largo del domingo, tras las especulaciones sobre un anuncio inminente sobre esta Superliga, las reacciones se sucedieron, entre ellos incluso dirigentes políticos como el gobierno francés o el primer ministro británico, Boris Johnson, que se mostraron en contra de esa nueva competición.
El lunes, el Comisario Europeo de Modo de Vida, Margaritis Schinas, consideró que la Superliga es contraria a los valores del fútbol sobre «universalidad, inclusión y diversidad».