La Cumbre Iberoamericana que busca más acceso a vacunas y financiación para la recuperación postcovid para América Latina arrancó este miércoles en Andorra, en momentos en que la pandemia crece con fuerza sobre la región.
Debido a la crisis sanitaria, la amplia mayoría de los representantes de los 22 países del bloque de países latinoamericanos y de la península ibérica intervendrán de forma telemática en la cita en Soldeu, una localidad de este microestado europeo ubicado entre España y Francia.
En la plenaria, que comenzó con un minuto de silencio por las víctimas del COVID-19, participan en definitiva 13 de los 19 gobernantes latinoamericanos. Se excusaron los presidentes de Brasil, El Salvador, México, Nicaragua y Paraguay.
Aunque su presencia fue confirmada en un primer momento, Nicolás Maduro será sustituido por la vicepresidenta de su régimen, Delcy Rodríguez, indicó a AFP la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan.
De forma presencial solo asisten los presidentes de Guatemala y República Dominicana, en calidad de anfitriones de la anterior y la próxima cumbre, así como los jefes de gobierno de Andorra, Portugal y España, también representado por el rey, Felipe VI.
Uno de los temas clave de esta reunión, que marca tres décadas de estos foros políticos iberoamericanos desde su fundación en 1991, será el acceso a las vacunas contra el coronavirus, cuya administración sigue siendo muy baja en América Latina, con menos de 10% de la población vacunada.
Precisamente la inequidad en su distribución desató críticas de algunos mandatarios en los eventos previos a la cumbre.
“Todos sabemos que para tener una recuperación global, no habrá seguridad hasta que todos estemos vacunados”, advirtió el mandatario costarricense, Carlos Alvarado.
Ante esta situación, América Latina recurrió a otras vacunas, como la rusa Sputnik V, aprobada en más de 10 países de la región y que comenzará a producirse en Argentina.
El presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, anunció que su país “donará, en cuanto sea posible, vacunas a América Latina”, pero sin especificar el número de dosis.
La cumbre busca también respuestas para la recuperación postpandemia, tras la debacle económica en 2020, cuando América Latina vio su PIB desplomarse 7% y sus indicadores en pobreza y pobreza extrema perder décadas de avances.
“De esta crisis de la pandemia no podemos pasar a una crisis financiera que puede desestabilizar socialmente a muchos de nuestros países”, alertó el martes el presidente dominicano, Luis Abinader, en medio de temores de que la situación derive en una nueva década perdida, como la de los 80 en la región.
Para allanar el camino a la financiación, la cumbre respaldará el aumento de los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI, que significarán 70.000 millones de dólares adicionales para América Latina, y además planteará que los países desarrollados puedan ceder sus DEG a otras naciones más necesitadas.