Un grupo de investigadores de Shangái (China) que estudia el origen de la variante B117 del coronavirus, conocida como cepa británica, anunció que los causantes de esta mutación podrían ser los perros.
Aunque se trata de un ensayo que se encuentra en su fase inicial y todavía no ha sido contrastado, los científicos apuntan que la variante británica del COVID-19 «pudo no haber evolucionado espontáneamente en Reino Unido y tampoco entre la población humana».
Los investigadores trataron, en primer lugar, de hallar pistas sobre los primeros contagios esta cepa de COVID-19 en viales de pacientes humanos recabados en todo el mundo, pero en ninguno de los casos se trataba de un virus con las mutaciones suficientes como para ser considerado un antecesor de la B117.
De acuerdo al portal web Antena 3 este escenario cambió cuando ampliaron la búsqueda en lso animales, en los que se percataron de que existían ejemplares tempranos de la variante B117 del coronavirus en perros, visones, tigres y gatos.