El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se apresta a reconocer como genocidio la masacre de 1,5 millones de armenios a manos del Imperio Otomano durante la Primera Guerra Mundial, dijeron medios locales de ese país este miércoles.
Si se confirma, ese reconocimiento aumentaría las tensiones con Turquía, un aliado de la OTAN que rechaza con vehemencia esa designación que ya ha sido adoptada por una docena de países, incluyendo Francia y Rusia.
Se espera que Biden haga el anuncio el sábado 24 de abril, fecha del 106 aniversario del inicio de la masacre de armenios en 1915, cuando tropas del Imperio Otomano combatían la Rusia zarista durante la Primera Guerra Mundial en la región que hoy en día es Armenia, según The New York Times y The Wall Street Journal.
Esa decisión haría de Biden el primer mandatario estadounidense en explícitamente llamar genocidio a la masacre.
Aunque no conlleva consecuencias legales, la designación molestaría a Ancara, que rechaza el término «genocidio» y niega todo atisbo de exterminio, mientras evoca masacres recíprocas sobre un fondo de guerra civil y hambruna que dejó cientos de miles de muertos en ambos lados.
Los trascendidos de prensa llegan luego de que 100 miembros del Congreso instaran a Biden en una carta a cumplir su promesa electoral de reconocer el genocidio armenio.
El Congreso de Estados Unidos reconoció formalmente las matanzas como genocidio en diciembre de 2019 en una votación simbólica.
«El vergonzoso silencio del gobierno de Estados Unidos respecto al hecho histórico del genocidio armenio se ha mantenido por demasiado tiempo, y debe acabar», indicó la carta.
Luego de que el parlamento holandés aprobó una moción en febrero instando al gobierno a reconocer el genocidio, Turquía dijo que la medida «buscaba reescribir la historia sobre la base de motivaciones políticas».
Ante la posibilidad de que Biden use el discurso el sábado para reconocer el genocidio, el ministro turco de Relaciones Exteriores, Mevlut Cavusoglu, dijo en una entrevista esta semana que «declaraciones que no son legalmente vinculante no traerán beneficios, pero dañarán los lazos (…) Si Estados Unidos quiere empeorar los lazos, la decisión es suya».
Con información de AFP