Pacientes con COVID-19 recurren a pagar a médicos a domicilios, debido al alto costo de ingreso en las clínicas privadas, y por el otro, ante el colapso del sistema de salud público.
De acuerdo a un artículo de Reuters, «los familiares tienden a contribuir o lanzar campañas de financimaineot colectivo para familiares infectados», indicó Larua Martínez, una residente de Las Acacias en el oeste de Caracas, cuyo esposo y pades ancianos fueron tratados en casa.
Los pacientes que reciben tratamiento en el hogar para el coronavirus generalmente compran respiradores, tanques de oxígeno y medicamentos antivirales.
A medida que la nueva ola de COVID-19 cobró fuerza durante marzo y abril, la atención domiciliaria ganó popularidad gracias al boca a boca y las redes sociales. Este tratamiento a menudo incluye visitas a domicilio, una opción que se considera un lujo en muchos países desarrollados pero que se vuelve barata en Venezuela debido a un exceso de médicos mal pagados.
Las visitas domiciliarias cuestan entre 40 y 80 dólares, según la gravedad de los síntomas del paciente, dijeron los médicos entrevistados.
«Es el factor económico, sin duda es mucho más barato que un médico visite la casa», expuso Leonardo Acosta, un médico de 25 años. «El costo de ser admitido en la sala de emergencias de una clínica es muy alto», agregó.
Hospitales
En este sentido, los hospitales públicos de Venezuela sufren con frecuencia apagones y habitualmente carecen de agua corriente, según asociaciones médicas que realizan frecuentes protestas por las inadecuadas condiciones del sistema de salud pública.
Mientras que las clínicas privadas, que están mejor equipadas, cobran al menos $ 1.500- $ 2.500 por noche por atención hospitalaria y hasta $ 5.000 por noche por atención de emergencia para tratar problemas respiratorios agudos.
Eso está fuera del alcance de la gran mayoría en un país donde el salario mínimo mensual no ha superado los $ 5 en varios años.
«Los pacientes pueden recibir tratamiento en casa siempre que no requieran intubación, un proceso delicado que requeriría ser transportados a una unidad de cuidados intensivos», explicó Acosta.
Otro doctor, Carlos Hernández de 25 años señaló que trabaja en el sistema de salud pública pero que cumple estas funciones a domicilio por «razones económicas».
Dada la crisis económica del país, Acosta dijo que a menudo proporcionará tratamiento incluso cuando el paciente no pueda pagar la totalidad.