Para Luisa Salomón de Prodavinci y Mariana Souquet de Efecto Cocuyo, conviene siempre consultar a un especialista que te ayude a guiarte cuando se trate de ciencia
Si bien los periodistas pueden llevar su propia base de datos, “es deber del Estado brindarnos esa información”
El cerco informativo, la desinformación y la opacidad institucional relacionados a la COVID-19, han incentivado la búsqueda desde diferentes ángulos de las cifras fiables y el soporte científico, a los fines de comunicar la realidad de la epidemia y el tratamiento que recibe por parte del Estado venezolano.
Sobre esto es lo que dos jóvenes periodistas venezolanas, Luisa Salomón de Prodavinci y Mariana Souquet de Efecto Cocuyo, debatieron junto al director general de Medianálisis, Andrés Cañizález, en “Las verdades del periodismo sobre la COVID-19”, un foro virtual organizado por la Asociación Civil Medianálisis y el Observatorio Venezolano de Fake News a través de las plataformas ZOOM y Facebook de Medianálisis.
Adaptarse a una nueva dinámica desde el inicio de la pandemia en Venezuela y dejar sus lugares de trabajos, el confort y la cooperación en equipo, para adecuar un nuevo ambiente desde sus hogares, ha sido quizás uno de los retos principales para estas comunicadoras, sin embargo, querer aportar desde su profesión una información útil para la sociedad las ha llevado a realizar importantes reseñas e investigaciones sobre la COVID-19 en el país.
Luisa Salomón comentó que, cuando se trata de ciencia, es la política principal de Prodavinci “siempre estar con un especialista que te ayude a guiarte”; asimismo resaltó que durante 2021, el medio al cual pertenece se ha enfocado en trabajar la ausencia de datos, tomando los números que se ofrecen desde las entidades públicas.
Por su parte, la periodista Mariana Souquet expuso que la unidad de fact checking de Efecto Cocuyo ha servido para hacer seguimiento a todas las informaciones que han circulado desde principios de la epidemia; a su juicio, en esta época no sólo los médicos pueden salvar vidas, sino también los periodistas, al brindar una buena información.
Souquet cita como ejemplo el caso del Ministerio de Salud de Colombia, que de manera pública detalla en una base de datos, elementos sustanciales como la edad, sexo y ubicación de los afectados que permite ubicar los lugares donde hay más transmisión del virus.
Resaltó que en el caso de Venezuela, si bien los periodistas pueden llevar su propia base de datos, “es deber del Estado brindarnos esa información”.
Desmontado fake news
La cantidad de bulos y fake news acerca del origen del virus y la efectividad de las vacunas que se han propagado por los diferentes canales de información representan otro reto para el periodismo venezolano, incluso los provenientes desde el mismo sector oficial.
Salomón recordó que en 2020 elaboró un trabajo sobre el diagnóstico del virus, “por un tiempo se pensó que Venezuela estaba teniendo una buena capacidad de diagnóstico y que se estaban haciendo suficientes pruebas para su detección, sin embargo, las muestras eran en PDR”.
Explicó al respecto que los experimentos que se estaban realizando no eran los adecuados ni confiables para brindar un buen diagnóstico.
En este mismo sentido, la periodista de Prodavinci señaló con preocupación que el tema de la automedicación también se ha hecho popular en los últimos meses y lo refuerza el miedo de la gente ante la gran cantidad de casos que se existen.
“El periodismo que trabaja con ciencia debe hacer un esfuerzo en informar que en la mayoría de casos de COVID-19 los pacientes se recuperan”, indicó.
En respaldo a las declaraciones de Salomón, Mariana Souquet recomendó a los periodistas en el área de la salud y de chequeo mantenerse siempre actualizados ante los últimos avances de la medicina para, de esta manera, evitar caer en falsas recomendaciones.
Irresponsabilidad en el discurso público
Las panelistas invitadas al foro online coinciden en que el discurso oficial se ha hecho desde la política y no desde el abordaje comunicacional sobre la enfermedad, representado en este caso por voceros como Delcy Rodríguez o el mismo Nicolás Maduro, desestimando de este modo la presencia de los expertos en la materia como los médicos epidemiólogos.
Souquet recordó que, a inicios de la pandemia, el mismo Gobierno calificaba la enfermedad como un arma biológica y de bioterrorismo, lo que originó en la mayoría de la población un pánico inducido; para la periodista, el manejo de la comunicación de riesgo por parte del Estado no ha sido acertado.
Igualmente, los mensajes excesivos en el canal de televisión del Estado, VTV, sobre los posibles riesgos de la vacuna de Oxford – AstraZeneca de desarrollar coágulos de sangre en el cerebro (que científicamente está confirmado existe 0,001 % de posibilidad de ocurra) y ver aseveraciones de muertes en un medio de comunicación público, hace mucho daño al desarrollo de la ciencia, “lo que necesitamos es promover la vacunación para frenar la cadena de contagio”, manifestó Luisa Salomón.
El periodismo un servicio social
Generar una información que sea de utilidad a las personas es la mayor satisfacción para estas jóvenes profesionales de la comunicación, que se han dedicado a reseñar las verdades de la COVID-19 desde el ejercicio responsable del periodismo.
El resultado final de sus investigaciones lo notan cuando el público se hace eco de ellas y las comparten en las diferentes plataformas, con trabajos tipo explainer (explicativos), presentados por la reportera de Prodavinci sobre las epidemias y su origen, crónicas, seguimientos de los datos oficiales, entre otros informes más que han servido de consulta y referencia al colectivo en general, pese a la brecha que existe en el país acerca del acceso a la información.
“El trabajo que estamos haciendo lo medimos si lo leen dos personas que entiendan lo que estamos comunicando y les sirva para protegerse y proteger a sus familias, porque cuando las personas están informadas, pueden tomar mejores decisiones y así estar a salvo” puntualiza Mariana Souquet.
NOTA DE PRENSA