Los ataques fratricidas en el seno del ejército afgano dieron un brusco salto en el primer trimestre del año, en momentos en que las fuerzas extranjeras se preparan para abandonar el país, según un informe del gobierno estadounidense publicado este viernes.
El informe trimestral del inspector general especial para la reconstrucción de Afganistán (SIGAR, que depende del Congreso estadounidense) indica que los ataques contra las fuerzas de seguridad afganas, principalmente por los rebeldes talibanes, aumentaron 37% con respecto al periodo de enero a marzo del año pasado.
Los ataques dentro de las fuerzas afganas -cometidos por talibanes infiltrados en las filas castrenses- se dispararon asimismo en un 82%, y el número de víctimas producto de ellos se duplicó, según el informe.
El documento no especificó el número total de muertos, señalando que es información clasificada.
Pero de acuerdo con cifras de la coalición, y citadas en el informe, 115 militares afganos fueron asesinados y 39 resultaron heridos en 31 ataques intestinos en los primeros tres meses del año.
El aumento de los ataques en el seno de las fuerzas de seguridad afganas amenaza la estabilidad del gobierno una vez que los miles de soldados y contratistas civiles estadounidenses abandonen el país en septiembre, como ordenó este mes el presidente Joe Biden.
El gobierno afgano y en particular sus fuerzas de seguridad son altamente dependientes del apoyo estadounidense, tanto financiero como en personal.
«El retiro completo de las tropas y los contratistas de defensa estadounidenses pondrán a prueba si la Defensa Nacional Afgana y las Fuerzas de Seguridad pueden sostenerse por sí mismas y defender el gobierno afgano sin apoyo militar directo de Estados Unidos y la coalición», indicó el informe.
Para el jefe de SIGAR, John Sopko, «el riesgo fundamental para el gobierno afgano actual, y cualquier otro gobierno potencial posterior a los acuerdos de paz, es si los niveles futuros de asistencia extranjera durante este periodo incierto serán suficientes para prevenir su colapso».
La retirada incluye unos 2.500 soldados estadounidenses y 7.092 de las otros países de la coalición, además de 16.832 contratistas civiles del Pentágono, presentes en Afganistán al 1 de abril, según SIGAR.
Esa decisión pondrá fin a la presencia de Estados Unidos en Afganistán dos décadas después de la invasión a raíz de los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Con información de AFP