Estudios epidemiológicos demuestran que la variante P1 de COVID-19, conocida como la variante de Brasil, tiene ahora presencia en todo el territorio de Uruguay.
Uruguay tiene alrededor de 1.000 kilómetros de frontera con Brasil e incluso hay ciudades binacionales separadas sólo por una calle. Con el avance del coronavirus en Brasil, las autoridades uruguayas reforzaron la vacunación en las zonas limítrofes.
En marzo, esa variante estaba en siete departamentos o regiones de Uruguay y en abril se detectó en los 19 departamentos del país, de acuerdo con el grupo interinstitucional integrado por científicos encargados de la secuenciación del virus.
El ministro de Salud, Daniel Salinas, consideró que con esa variante aumentan los contagios.
“El tipo de virus predominante en el país es una variante P1 de Manaos, que se sabe tiene una gran contagiosidad y generó esta primera ola importante en Uruguay”, dijo.
El gobierno tomó una serie de medidas para restringir la movilidad de la población, pero habilitó la presencialidad gradual en las escuelas a partir del próximo lunes.
De todos modos, el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, insistió en los riesgos que implica no reducir la movilidad.
“No estamos conformes, tampoco estamos conformes con la baja de la movilidad”, sostuvo.
Hasta la fecha en Uruguay han muerto más de 2.500 personas de COVID-19 y hay más de 500 internados en las salas de cuidados intensivos.