El hijo de Rudy Giuliani, el exabogado personal de Donald Trump y exalcalde de Nueva York, anunció el martes que buscará ser electo como gobernador del estado de Nueva York, un bastión demócrata.
«Juntos haremos revivir a Nueva York», tuiteó Andrew Giuliani, de 35 años, que durante los cuatro años del gobierno de Trump fue consejero en la Casa Blanca.
«Nací en la política, está en mi ADN», declaró en una entrevista con el tabloide conservador New York Post.
«Giuliani contra Cuomo (…) es como Mohamed Ali contra Joe Frazier, podemos vender entradas en Madison Square Garden», añadió, evocando «la pelea del siglo» de 1971 en Nueva York en la cual perdió el favorito, Mohamed Ali.
Si Andrew Giuliani gana las primarias republicanas para la elección de gobernador, podría enfrentarse al gobernador demócrata saliente Andrew Cuomo, en el cargo desde 2011.
El tercer mandato de Cuomo, de 63 años, expira a fines de 2022, pero este gobernador considerado héroe durante la pandemia de 2020 se ha visto debilitado recientemente por una serie de escándalos.
Fue acusado de acoso sexual por varias mujeres que trabajaban con él, de esconder la amplitud de las muertes por covid en hogares de ancianos, y de hacer que empleados del gobierno estatal trabajen en su libro de memorias sobre la pandemia.
Por el libro publicado en 2020 recibió un raro adelanto de 3,1 millones de dólares, y debería recibir aún dos millones más antes de 2022, según medios neoyorquinos.
Muchos demócratas pidieron su renuncia a comienzos de año, pero Cuomo se niega a partir y rechaza todas las acusaciones en su contra.
La fiscal general del estado de Nueva York investiga las acusaciones, al igual que un comité del legislativo estatal, pero no hay fecha para la entrega de sus conclusiones.
El anuncio de la candidatura de Andrew Giuliani tiene lugar en momentos en que su padre está en la mira de la justicia federal.
Fiscales de Manhattan allanaron su domicilio y oficina en Nueva York a fines de abril en el marco de una investigación sobre sus actividades en Ucrania. El exalcalde de Nueva York y su hijo Andrew aseguran que la operación respondió a motivos políticos.
Con información de AFP
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