Más de 50 personas permanecen desaparecidas tras el naufragio de una embarcación de migrantes que zarpó de Libia, indicó este martes a la AFP el ministerio tunecino de Defensa, que también dio cuenta de una treintena de supervivientes.
Unas 90 personas se encontraban en la embarcación, indicó el portavoz del ministerio Mohamed Zikri. Los náufragos fueron rescatados luego de haber alcanzado la plataforma petrolera marítima Miskar.
Las autoridades tunecinas planean trasladar a los 33 supervivientes, en su mayoría de Bangladés, al puerto de Zarzis (sudeste), cerca de la frontera libia.
Un portavoz regional de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Flavio Di Giacomo, indicó en Twitter que el barco zarpó el domingo del puerto libio de Zuara, a 150 km de Zarzis. «No conocemos la nacionalidad de los más de 50 desaparecidos», precisó a la AFP.
Las Naciones Unidas contabilizaron más de 700 muertes en el Mediterráneo entre el 1 de enero y el 17 de mayo, frente a las 1.400 muertes en total en 2020. Las salidas desde Libia se han multiplicado desde principios de año.
El lunes, la marina tunecina rescató a más de 100 migrantes, oriundos en su mayoría de Bangladés y Sudán, cuya embarcación estaba por hundirse en las cercanías de la isla de Yerbá. También indicaron que habían partido el domingo de Zuara.
En forma paralela, los guardacostas libios interceptaron varias embarcaciones y las trasladaron a su país en la noche del domingo al lunes.
La OIM lamentó este lunes el hecho de que «680 migrantes fueron interceptados y llevados a Libia la pasada noche», según su vocera Safa Msehli en Twitter, e instó a «reconsiderar» el apoyo de la comunidad internacional a las organizaciones libias de socorro en el mar, debido a las detenciones arbitrarias y los abusos.
– Duplicación de llegadas –
Las Naciones Unidas y las organizaciones de derechos humanos piden que se ponga fin a la devolución a Libia de los migrantes interceptados en el mar, ya que están sometidos a condiciones de detención deplorables.
La Unión Europea apoya desde hace varios años a las fuerzas libias que desempeñan el papel de guardacostas, interceptando a los migrantes y encarcelándolos en centros sin un verdadero proceso legal.
En total, entre el 9 y el 15 de mayo, 1.074 migrantes fueron devueltos a Libia, según la OIM.
Frente a los intentos de encontrar lugares seguros para los solicitantes de asilo, el jefe del gobierno tunecino Hichem Mechichi reiteró la semana pasada en Lisboa la oposición de su país a la creación en su territorio de centros de acogida.
La ministra italiana del Interior, Luciana Lamorgese, y la comisaria europea, Ylva Johansson, viajarán a Túnez el 20 de mayo para dicutir sobre la ayuda y las repatriaciones.
Libia, que trata de salir de un decenio de conflicto, sigue siendo un centro de inmigración ilegal en el camino hacia Europa, donde decenas de miles de migrantes, que huyen de países de África subsahariana, se encuentran en manos de traficantes.
Al 16 de mayo, más de 13.000 personas llegaron irregularmente por mar a Italia, el doble que en el mismo período el año pasado, según la ONU.