El comisionado presidencial de paz, Miguel Ceballos, quien encabeza los diálogos del gobierno colombiano con el movimiento de protesta en el país, anunció su renuncia incómodo con unas aproximaciones que realizó a sus espaldas el expresidente Álvaro Uribe con la guerrilla del ELN.
En una entrevista con el diario El Tiempo publicada este sábado, Ceballos afirmó que el próximo miércoles dejará el cargo que ocupa desde la llegada del presidente Iván Duque al poder, en agosto de 2018.
«Le comenté al presidente (…) que iba a dejar el Gobierno desde diciembre del año pasado, concretamente el 22 de diciembre, y le reiteré esa voluntad el día 3 de mayo de este año, fecha en la cual formalicé esa decisión de irme a partir del 26 de mayo», señaló Ceballos.
El delegado para los asuntos de paz agregó que se iba del gabinete molesto por unas gestiones que realizó el expresidente Uribe (2002-2010) sin su consentimiento.
Uribe es el jefe del partido en el poder y es visto como la figura más influyente del gobierno de Duque, acorralado por sangrientas protestas que completan casi un mes en rechazo a sus políticas.
«En dos ocasiones, desafortunadamente, no fui consultado por el expresidente Uribe en un par de contactos que tuvieron él y representantes suyos con el ELN», dijo el comisionado.
«Creó en mí una incomodidad, que aún permanece, no porque no solamente no haya sido consultado, sino porque hay el respeto a la dignidad de un cargo tan complejo como el mío, en el cual el contacto que pueda derivar en un resultado que ayude a la paz o que aleje a la paz, hace parte esencial de mis funciones», enfatizó.
El presidente Duque rompió las negociaciones que venía sosteniendo en Cuba su antecesor, el Premio Nobel de Paz Juan Manuel Santos, con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), reconocida como la última agrupación rebelde activa den el país, tras el acuerdo que desarmó a la extinta guerrilla FARC.
El mandatario se apartó de las conversaciones, a raíz de un ataque del ELN con coche bomba contra una escuela de cadetes, en el sur Bogotá, que dejó 22 estudiantes muertos, además del agresor, en enero de 2019.
Además de sus funciones como enviado de paz, Ceballos venía desempeñándose como interlocutor oficial en los diálogos con el frente más visible de los manifestantes que reclaman profundos cambios al presidente Duque, ante el agudo deterioro social y económico que trajo la pandemia.
En 24 días de protestas han muerto al menos 42 personas, entre ellos un policía, según la Defensoría del Pueblo, que vela por los derechos humanos, y hay más de 1.500 heridos entre manifestantes y uniformados. La represión oficial avivó el descontento que detonó un ya retirado proyecto para elevar impuestos en plena crisis sanitaria.