Desde el interior de una ambulancia, se escucha a una médica decir «acaba de fallecer». La víctima es una recién nacida que quedó atrapada en uno de los bloqueos viales con los que los manifestantes han radicalizado la sangrienta protesta en Colombia.
«La bebé entró en código, intentamos reanimarla, la bebé no respondió», lamenta la mujer en el video que se viralizó en redes sociales, en medio de las protestas antigubernamentales que completan 27 días.
La muerte de la recién nacida, ocurrida en la madrugada del domingo en la ruta que une al puerto de Buenaventura con la ciudad de Cali, avivó el rechazo que suscita en una parte de la población el bloqueo de vías como forma de protesta.
Según la médica, después de que los manifestantes le abrieron paso la ambulancia fue atacada con gases lacrimógenos y explosivos, sin que todavía se sepa quiénes fueron los agresores.
Este martes cientos de ciudadanos de barrios adinerados de Cali marcharon en silencio, vestidos de blanco, para exigir el cese de bloqueos que alteran a diario la actividad de la tercera ciudad de Colombia. Entre las pancartas se podían leer consignas como «Cali libre» o «No al paro».
Días antes, civiles también de blanco tomaron las armas para impedir el cierre de avenidas por manifestantes.
Lo de Buenaventura, el principal puerto sobre el Pacífico, también bloqueado por las protestas, no fue excepcional.
El 4 de mayo la gobernación de Cundinamarca (centro) denunció que una mamá en trabajo de parto perdió a su bebé por un ataque contra una ambulancia que se dirigía a Bogotá desde la localidad de Tocancipá.
Los bloqueos amenazan con restarle el apoyo popular a las manifestaciones que estallaron el 28 de abril. El presidente Iván Duque exige su levantamiento casi que como condición para negociar una salida a la crisis.
Incluso ordenó a la fuerza pública desmontar a la fuerza esas «expresiones que son violentas» y causan desabastecimiento, pese a la condena internacional de los excesos cometidos por la policía en la contención de las manifestaciones.
– Misión bajo ataque –
El estallido social deja de momento 43 muertos, casi todos civiles, y más de 2.000 heridos, mientras persisten 84 cierres viales que afectan particularmente a departamentos del oeste como Risaralda o Valle del Cauca, donde se encuentran Cali y Buenaventura.
Entrevistados en medios locales, manifestantes aseguran que los cierres viales son la única forma de protesta efectiva que han encontrado para ser escuchados por el gobierno ante el agudo deterioro económico que trajo la pandemia.
A la par con la preocupación por los cortes viales está la que generan las agresiones a la misión médica, un asunto que no aparece en la agenda pública de negociaciones entre el gobierno y los manifestantes, que ya completan más de una semana sin un avance en concreto.
Las agresiones a las ambulancias y el personal médico han degradado las protestas que comenzaron por una carga impositiva que planeaba aplicar el gobierno, para hacer frente al déficit fiscal que generó la emergencia sanitaria.
El presidente Duque archivó el proyecto tributario, pero la represión policial enardeció todavía más a los manifestantes que, sin un liderazgo definido, piden reformas que apuntan hacia un Estado más solidario y una sociedad menos desigual.
Entre los numerosos videos difundidos en redes sociales se observan tanto ataques de civiles como de uniformados contra personas y vehículos que portan el emblema de la cruz blanca en un fondo azul y rojo.
En Cali, civiles en camioneta han incluso disparado contra misiones sin que se conozcan avances de investigaciones judiciales al respecto.
«Hace dos semanas tuvimos problemas para tener oxígeno en hospitales de Bogotá. ¿Por qué? Porque bloquearon las carreteras. Detuvieron ambulancias de la Cruz Roja con personas adentro que buscaban un hospital, y dos bebés murieron en una ambulancia», remarcó la canciller y vicepresidenta Marta Lucía Ramírez durante un encuentro en Washington.
El miércoles la Organización Panamericana de la Salud (OPS) exigió el fin de esas agresiones.
«Esto debe terminar. Estos ataques son incompatibles con nuestro derecho a la salud y ponen en peligro la integridad, la misión y el propósito mismo de la salud y la ayuda humanitaria», dijo en rueda de prensa la directora de la OPS, Carissa Etienne.
La titular de la oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que en las últimas tres semanas se reportaron más de 140 incidentes contra misiones médicas en Colombia, la mayoría «en los puntos focales» de las manifestaciones.
Esto abarca, según datos de entidades públicas y privadas, amenazas, hostilidades y ataques contra trabajadores de la salud, así como vandalismo y saqueo de ambulancias y otros vehículos que transportan personal médico, medicinas y otros suministros esenciales en medio de la pandemia de coronavirus.