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Vicepresidenta de EEUU viaja a Guatemala y México con mensaje de «esperanza»

La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, visitará Guatemala y México la próxima semana decidida a «dar esperanza» a una región azotada por COVID-19 y origen de la mayoría de los inmigrantes indocumentados que llegan a la frontera sur estadounidense.

Harris, en su primer viaje al extranjero como número dos del gobierno de Joe Biden, buscará reforzar los lazos bilaterales para desarrollar una estrategia integral que atienda las causas de la migración irregular, uno de los temas más sensibles que enfrenta la Casa Blanca.

«Tenemos que darle a la gente un sentido de esperanza, de que la ayuda está en camino, de que si se quedan, las cosas mejorarán», insiste desde que Biden le encomendó en marzo liderar los esfuerzos diplomáticos en la materia.

La vicepresidenta volará el domingo a Guatemala, donde el lunes prevé reunirse con el presidente Alejandro Giammattei. El martes se encontrará en México con el mandatario Andrés Manuel López Obrador.

Además, hablará con representantes de la sociedad civil y líderes comunitarios, laborales y empresariales, informó su equipo.

Harris dijo que quiere tener «conversaciones muy francas y honestas» en Guatemala sobre la lucha contra la corrupción, el crimen y la violencia, «en particular contra las poblaciones más vulnerables de ese país».

Para el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, el «tema primordial» será buscar acuerdos «para acelerar el crecimiento de la inversión y el bienestar social en el sur de México, y en Guatemala, Honduras y El Salvador, para que la migración sea opcional y no obligada por la pobreza y la inseguridad».

El número de detenciones de indocumentados, incluidos menores no acompañados, batió un récord de 15 años en abril en la frontera entre Estados Unidos y México. De los más de 178.600 personas interceptadas, el 82% provenía de México y del Triángulo del Norte centroamericano que conforman Guatemala, Honduras y El Salvador.

– Vacunas, TPS, Título 42 –

La donación de Estados Unidos de vacunas anticovid a la región se espera que esté sobre la mesa.

Harris adelantó el tema telefónicamente a Giammattei y López Obrador el jueves, antes de que Biden anunciara el envío de un primer tramo de seis millones de dosis que serán distribuidas en Latinoamérica y el Caribe a través del mecanismo global Covax, y de otras tantas que serán repartidas directamente por Washington a países socios como México.

«Tuvo la gentileza de informarnos (…) la decisión de enviarnos un millón de vacunas Johnson & Johnson de una sola dosis», tuiteó el presidente mexicano.

Para la experta en seguridad y democracia Rebecca Bill Chavez, «un compromiso real» sobre el número de dosis que se destinarán al Triángulo del Norte «sería un resultado muy positivo» del viaje de Harris.

Otro posible asunto sobre el tapete es el eventual otorgamiento de un Estatuto de Protección Temporal (TPS) a Guatemala, que por motivos humanitarios permitiría trabajar legalmente a guatemaltecos que ya vivan en Estados Unidos.

Además, podría debatirse en México el fin del «Título 42», una disposición de la era Trump que por el covid-19 permite expulsar inmediatamente a los migrantes indocumentados, aunque sean solicitantes de asilo.

– «Mucho más difícil» –

La gira de la vicepresidenta se enmarca en la promesa de Biden de una política migratoria más «humana» luego de la dura represión de su predecesor Donald Trump.

Pero Harris enfrenta retos aún más complejos que los que encontró Biden cuando, como vicepresidente de Barack Obama, estuvo a cargo del mismo tema.

«Las condiciones se han deteriorado drásticamente desde 2014», opinó Michael Shifter, presidente del centro de reflexión Diálogo Interamericano, señalando una peor situación económica y de violencia, agravada «considerablemente» por la pandemia.

El trabajo de Harris «es mucho más difícil» además «porque los socios son mucho más problemáticos», agregó.

Varios legisladores del Triángulo Norte, así como la jefa de gabinete y un exministro del presidente salvadoreño Nayib Bukele, entre otros altos políticos, fueron identificados en mayo por el gobierno de Biden como «funcionarios corruptos».

El mandatario hondureño, Juan Orlando Hernández, fue implicado en una corte en Nueva York de tráfico de cocaína a Estados Unidos. Y la relación de Washington con Bukele es tensa luego de que la Asamblea Legislativa, dominada por el oficialismo, destituyó el 1 de mayo a magistrados y al fiscal general.

«Garantizar la estabilidad en Centroamérica apoya directamente los intereses nacionales de Estados Unidos», señalaron 18 senadores demócratas liderados por Bob Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, en una carta de respaldo a Harris.

La oposición republicana, sin embargo, ha acusado a Biden de crear una «catástrofe fronteriza».

El Congreso aún debe debatir si aprueba los 861 millones de dólares que pidió Biden para el próximo año, como parte de su plan de 4.000 millones para abordar el problema de la migración irregular.