Pedro Castillo ya se considera ganador del ajustado balotaje presidencial del domingo en Perú, aunque las autoridades siguen sin anunciar un vencedor tres días después, pese a que el profesor rural de izquierda supera por estrecho margen a la derechista Keiko Fujimori.
Castillo, quien ha lanzado mensajes en tono de seguro vencedor, ostenta el 50,19% de los votos contra el 49,80% para Fujimori, tras contabilizarse el 98,5% de las mesas pasadas las 17h00 locales (22h00 GMT) de este miércoles, según el órgano electoral peruano (ONPE).
Además, el aspirante de izquierda recibió el saludo del expresidente boliviano Evo Morales por su «victoria».
«¡Muchas felicidades por esta victoria, que es la victoria del pueblo peruano, pero también del pueblo latinoamericano que quiere vivir con justicia social!», tuiteó el exmandatario izquierdista indígena (2006-2019).
En un mensaje ante seguidores en la sede de su partido Perú Libre en el centro de Lima, Castillo dijo que sus observadores dan por segura su victoria e instó a sus partidarios a no caer en provocaciones, en tanto agradeció saludos «por su victoria» enviados por países de América Latina.
«Seremos un gobierno respetuoso de la democracia, de la Constitución actual y haremos un gobierno con estabilidad financiera y económica», dijo Castillo la noche del martes desde un balcón ante cientos de seguidores.
«Quiero expresar a nombre del pueblo peruano a las personalidades de diferentes países que hoy en la tarde han venido expresando el saludo al pueblo peruano», agregó en alusión a mensajes de «embajadas y gobiernos de América Latina y de otros países».
Castillo tiene 67.000 votos más que su rival, pero la contienda sigue abierta, según fuentes de la ONPE.
Las Fuerzas Armadas exhortaron a «todos los peruanos» a respetar los resultados del balotaje y reafirmaron su «compromiso de respetar la voluntad ciudadana», en momentos en que circulan en las redes sociales llamados para que los militares impidan que Castillo asuma el poder.
Al igual que en las tres últimas elecciones presidenciales en Perú, casi tan ajustadas como la actual, el conteo oficial demora a la espera de los votos de las remotas zonas rurales y selváticas, así como los del exterior.
Fujimori consigue hasta ahora el 66,48% de los sufragios emitidos en el exterior, con el 89% de esas mesas escrutadas.
Pero «remontar esa diferencia va a ser muy difícil, deben quedar más votos por contar en Perú que en el extranjero», dijo a la AFP el analista Hugo Otero, porque todavía queda por escrutar poco menos del 2% de las mesas en el país, la mayoría de zonas remotas.
– Revisión de votos impugnados –
Al cierre de la votación el domingo, la hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori lideraba el escrutinio pero Castillo se fue acercando hasta aventajarla a medida que avanzó el conteo.
Fujimori denunció el lunes «indicios de fraude» tras ser superada por Castillo.
Su equipo cifra ahora las esperanzas en la impugnación de actas de sufragio que serán resueltas «en un plazo de 10 a 12 días» por el Jurado Nacional Electoral (JNE), dijo a la AFP una fuente del organismo.
Los 60 jurados electorales locales iniciaron este miércoles el lento proceso de revisión de los votos impugnados, procedimiento habitual en todas las elecciones en Perú, que ahora cobra especial importancia por lo estrecho del resultado.
Las decisiones de estos 60 jurados deben ser confirmadas por el JNE.
«En Fuerza Popular están en la fase de negación de las cosas, los hechos van a confirmar que el presidente electo es Pedro Castillo», dijo a la AFP el analista Augusto Álvarez Rodrich, refiriéndose al partido de Fujimori.
Luis Galarreta, candidato a la vicepresidencia de Fujimori, afirmó que los delegados electorales de Perú Libre -el partido de Castillo- hicieron «fraude en mesa».
Sin embargo, la ONPE niega la posibilidad de fraudes, lo mismo que la Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA), que calificó el proceso de normal y transparente.
– Dos mitines –
Mientras cientos de partidarios de Castillo hacían un «plantón» frente a la sede del JNE en el centro de Lima, miles de seguidores de Fujimori se congregraban la tarde del miércoles para denunciar «fraude» en el Campo de Marte, un gran parque capitalino.
La incertidumbre se acentúa en un país sumido en convulsiones políticas que condujeron a tener cuatro presidentes desde 2018, tres de ellos en cinco días de noviembre pasado.
La elección volvió a dejar en evidencia no solo la división política que sufre el país, sino también la brecha entre Lima y el «Perú profundo», postergado por siglos y muy golpeado por la recesión económica causada por la pandemia.
En la región andina de Cusco, la antigua capital del imperio inca, Castillo conquistó el 83% de los votos, y en Puno, a orillas del lago Titicaca, el 89%. En estas zonas predominan las poblaciones quechua y aymara, respectivamente